The Old Anglo Catholic Church - The Latin-American Anglican Church
IGLESIA ANGLICANA LATINO-AMERICANA - IGLESIA ANTIGUA ANGLO CATOLICA
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The Old Anglo Catholic Church - The Latin-American Anglican Church
IGLESIA ANGLICANA LATINO-AMERICANA - IGLESIA ANTIGUA ANGLO CATOLICA
"IF YOU ARE ABSENT IN OUR FIGHTS, DO NOT EXPECT TO BE PRESENT IN OUR VICTORIES"
"SI ESTAS AUSENTE EN NUESTRAS LUCHAS NO ESPERES ESTAR PRESENTE EN NUESTRAS VICTORIAS".
We have started Unity dialogues to build a single family of FAITH.
Nosotros hemos empezado dialogos de Unidad para construir una sola familia de FE.
Nota Importante: Sabiduría que viene de Dios
El Libro de Oración Común no en si propiedad intelectual de un grupo de Iglesia o de una denominación en particular. El LOC, fue inspirado por el Espíritu Santo para el Pueblo de Dios a traves de hombres de FE antes de 1535. Por consiguiente, cualquier cristiano, cristiana o grupo religioso denominacional cristiano y aun grupos ateos e indeferentes, lo pueden imprimir, tener en sus bibliotecas personales o públicas o llevarlo al Internet como herramienta de ayuda. Nosotros (IAL), autorizamos imprimirlo, tenerlo o llevarlo a la editorial, a cualquiqer ciudadano o ciudadana en el mundo en cualquier idioma existente.
Sí alguien se cree con "Derechos de Autor" sobre la liturgia e historia de la Iglesia Anglicana o Católica, sí algun mortal terrícola humano cree que Dios le escrituró esta liturgia, no sólo esta equivocado sino que las autoridades no deben patrocinar arbitrariedades y locuras humanas. Esta liturguia simplemente es para El Pueblo de Dios y debe estar al alcance de todos y de todas sin excepción, sin normas o exigencias de ninguna naturaleza humana. Algo que si recomendamos es no agregar una sílaba más porque si no se cumple lo poco menos se podra cumplir lo mucho.
La Palabra Anglicano (Anglicana), Católico (Católica), y/o Cristiano (Cristiana), no es propiedad intelectual de ningun grupo denominacional porque no es una fabrica de productos comerciales, no es un club o empresa sino es el fundamento de una Fe a través de la misma historia de la humanidad en Jesucristo (Hijo de Dios).. Dios no tiene representantes en la tierra sólo los creyentes (varones y mujeres), de FE, unas y unos entre los llamados son escogidos para proclamar la "Buena Nueva". Los podemos lamar: -Pastores, Líderes, Diaconisas, Monjas, Monjes, Diáconos. Presbíteros y Obispos-.
Los clerigos de cualquier denominacion de FE y creencia, sólo son varones y mujeres representantes de la FE y Creencia y no representanets de Dios en la Tierra. Sólo los gobiernos terrenales y las entidades juridicas constituidas por humanos en cualquier nación, tienen representantes en varios sitios del planeta tierra. Dios (El Todopoderoso), no tiene representantes en la tierra sino hijos e hijas obedientes y/o desobedientes, que conocen su palabra aunque algunos y algunas la predican pero jamas la aplican. El mundo conoce la estafa y el mismo fraude. Por eso Jesus de Nazaret los llamo: "Lobos vestidos de ovejas". '.Por sus hechos los conocereis'.
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Libro de Oración Común
CONFORME AL USO Y CONSTUMBRE DEL
MOVIMIENTO ANTIGUO ANGLO CATOLICO Y LAS MANIFESTACIONES HISTORICAS DE LA IGLESIA ANGLICANA LATINO-AMERICANA (IAL) DESDE 1970
Libro de Oración Común
Administración de los Sacramentos, Otros Ritos y Ceremonias de la Iglesia
“Movimiento Antiguo Anglo Catolico Misionero
Territorio de las Américas, Mar Caribe y Mundo”
Para los cristianos anglicanos hispanos tradicionaistas parlantes del castellano en el universo
Con el Salterio o Salmos de David
LOC IAL -1928- IAL LOC
Consejo Internacional de IAL
(Año 2016)
The Book of Common Prayer 1928 (English)
La edición del Libro de Oración Común de 1928, fue el tercer libro traducido al español para la oración y el rezo. Fue producido por la Iglesia Episcopal de los E.E.U.U.., La naturaleza genérica de las oraciones y el rezo, significó para el Presidente y el Congreso de la Iglesia, que esta version del libro, fue escrito para el uso de los anglicanos, fuera de los Estados Unidos de Norte America. Sobre todo en áreas de América Latina, donde hacía presencia la Iglesia Anglicana local de la Iglesia Episcopal de los E.E.U.U.. Esto incluyó (cuando este libro fue publicado) México, America Central, partes del Oeste de las Indias y Norte de Suramérica. Antes de esto, las ediciones españolas, fueron publicadas con el Libro de Oración Común de 1789 [LOC], publicado en 1860 y el de 1892 (publicado 1905). La Iglesia Anglicana Latino-Americana lo llevará con la ayuda de Dios a los confines de la tierra. La copia usada aquí no tiene ningún dato de la publicación (con excepción de las palabras "el Consejo Nacional" que usted ve en la página de título en la derecha), y no hay certificado ni algún escrito que así lo determine. Aparece ser totalmente idéntico al LOC de 1928. Se reserva a excepción de algunos de los rezos conocidos arriba. Hay una inscripción en la copia anticuada de 1955, y el Libro de Oración Común, aparece idéntico de tamaño, formato, y tipografía, a las copias del LOC de 1928 y a partir de ese tiempo. Se enumera en la bibliografía de David Griffiths del Libro de Oración Común o el rezo común como 162:18 (con una fecha obviamente incorrecta de 1962). Otra copia que he visto, fechado 1962, indica que fue escrito para el uso de: La Iglesia Episcopal en las Americas. (IAL tomó el nombre de "Territorio de las Américas", al conocer el orígen y el porqué y para quien, fue traducido esta versión. La República Dominicana agregó el nombre “De el Caribe”).
Este Libro de Oración Común de 1928, se puede imprimir y puede ser usado por todos los clérigos (Diáconos, Presbíteros y Obispos), de la Iglesia Anglicana Latino-Americana y de la Iglesia Conservativa Anglicana de Norte America, en cualquier parte del mundo. The Most Rev. Leonardo Marin-Saavedra. Arzobispo de las Americas y el Caribe -Primado Iglesia Anglicana Latino-Americana (15 de Mayo, 2016). – Quinto Año de nuestra Consagración Episcopal como Arzobispo de las Américas y Patriarca Supremo de la Iglesia.
RATIFICACION DEL LIBRO DE ORACION COMUN
POR LOS OBISPOS Y DIPUTADOS CLÉRIGOS Y LAICOS DE LA IGLESIA PROTESTANTE EPISCOPAL EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA; REUNIDOS EN CONVENCIÓN, EN ESTE DÍA DIECISÉIS DE OCTUBRE DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR MIL SETECIENTOS OCHENTA Y NUEVE.
Esta Convención habiendo presentado, en sesión de hoy, un Libro de Oración Común, Administración de los Sacramentos, y otros Ritos y Ceremonias de la Iglesia, declara que dicho libro queda establecido como la Liturgia de esta Iglesia: y ordena que así sea recibido por todos los miembros de la misma; y que estará en uso desde el día primero de octubre, del año de nuestro Señor mil setecientos noventa. Hay una firma de Charles Mortimer Guilbert (Guardían del Libro Patrón de Oración Común), con fecha Octubre de 1965.
CERTIFICACION:
Como autoridad eclesiástica Anglicana del Territorio de las Americas, Mar Caribe y Mundo, para el pueblo Anglicano Hispano Universal, certifico que, de acuerdo con el Canón, esta edición del Libro de Oración Común ha sido comparada con una copia certificada del Libro Patrón original, y que está conforme a dicho libro y se puede imprimir y distribuir en forma gratuita a los creyentes y no creyentes...
The Most + Leonardo Marín-Saavedra
Arzobispo Primado Iglesia Anglicana Latino-Americana.
“Territorio de las Américas, Mar Caribe y Mundo."
Toronto, Ontario, Canadá, 15 de Mayo del Año de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo 2016.
Palabras del Arzobispo Anglicano Tradicionalista Estadounidense, representante de la
Iglesia Anglicana en America (The Anglican Church in America), The Most Reverend + Louis W. Falk
“El Libro de Oración Común, es un tesoro de valor incalculable para la Iglesia. A través de generaciones, desde el año 1549 hasta el presente, este ha servido en la devoción religiosa y fervorosa adoración de Nuestro Todopoderoso entre los cristianos católicos de ascendencia anglicana.
Después de varias revisiones en Inglaterra y América hasta los últimos 30 años “del último siglo”, este ha forjado la mente, la conciencia y el alma del Anglicanismo, educando en la Fe de la Iglesia como ha sido enseñada y practicada siempre, por todos, en todas partes. Esta edición del Libro de Oración Común, en su revisión de 1928, ha sido dedicada en agradecimiento a Nuestro Señor por la vida y el trabajo del Ilustrísimo y Reverendísimo + Justo Pastor Ruiz, primer obispo de la Diócesis del Caribe y la Nueva Granada, de nuestra Iglesia Anglicana Católica, por lo que tiene el propósito de recordar la vida, obra y el Ministerio de un fiel y humilde servidor del Señor y su rebaño. Su fidelidad, energía devoción, magisterio y eminentemente el sublime ejemplo de su vida cristiana y devoción religiosa, le hará ser recordado con inmensa gratitud por todos “donde quiera que el Evangelio” sea predicado en el mundo”.
Texto tomado de las palabras del Arzobispo Metropolitano de la Provincia Original de la Iglesia Anglicana Católica de Estados Unidos y ratificado en 1998, en Colombia (Sur America), por el Obispo Martin Trevor Rhodes (Delegado de ACA para Sur America).
Filadelfia, Octubre de 1789.
Lo Concerniente a los Oficios de la Iglesia
EL Orden para la Santa Comunión, el Orden para la Oración Matutina, el Orden para la Oración Vespertina, y la Letanía tal como se establecen en este Libro, son los Oficios regulares designados para el Culto Público en esta Iglesia, y así deben ser usados; pero además de estos Oficios, bajo la dirección del Ordinario, el Oficiante puede usar a discreción otras devociones tomadas de este Libro o que hayan sido establecidas por las autoridades legales de esta Iglesia o seleccionadas de las Santas Escrituras; y además, con la autorización del Obispo, podrá usar otras devociones semejantes a las ya mencionadas, en lugar del Orden para la Oración Matutina, o para la Vespertina, en Misiones o Capillas y cuando expresamente se autorice por el Ordinario, también en la Catedral, en Iglesias Parroquiales o en otros lugares, si así lorequiere la edificación espiritual de la Congregación. El Obispo podrá ordenar la forma (o formas), que crea conveniente para los Días de Ayuno o Acción de Gracias prescritos por la Autoridad Civil o Eclesiástica, así como en otras ocasiones especiales para las que no se haya provisto en este Libro, en cuyo caso ningún otro podrá usarse. NOTA: En las instrucciones que se dan para los distintos Oficios en este Libro, cuando se usa alguna palabra peculiar para denotar su pronunciación, no se intenta prescribir el tono y manera de recitarlos.
USO DEL SALTERIO Y LECCIONARIO
EL Antiguo Testamento se designa para las Primeras
Lecciones y el Nuevo Testamento para las Segundas, en los Oficios de la Oración Matutina y la Oración Vespertina durante el año. Los Salmos y Lecciones que se han de leer cada día se hallan en la
siguiente Tabla de Salmos y Lecciones para el Año Cristiano; exceptuándose solamente los indicados para las Fiestas Fijas, que se hallan en su Tabla correspondiente. En los días siguientes y sus
Vísperas, si hubiere, los Salmos Propios señalados en las Tablas serán usados: Navidad, Epifanía, Purificación, Miércoles de Ceniza, Anunciación, Viernes Santo, Pascua de Resurrección, Ascensión,
Pentecostés, Domínica de Trinidad, Transfiguración, Todos los Santos y Día de Acción de Gracias. NÓTESE, Que en otros días, el Oficiante usará los Salmos señalados en las Tablas; o a
discreción, puede usar uno o más de los especificados en el Salterio para el día del mes, o de la Tabla de Selecciones de Salmos. NÓTESE además, Que en caso de hallarse un Salmo dividido en secciones, el Oficiante podrá
escoger una o más de las secciones de ese Salmo. Los Salmos y Lecciones impresos en la misma linea deben ser usados conjuntamente. En cualquier oficio para el cual se han señalado más de una
selección de Salmos y Lecciones, la que se ha de usar queda a discreción del Oficiante.
Oficios de la Iglesia
Cualquiera selección de Salmos y Lecciones señalada para la tarde de cualquier día puede leerse en el oficio de la mañana, y cualquiera selección de Salmos y Lecciones para la mañana puede leerse por la tarde. Las Lecciones con asterisco señaladas para domingos son particularmente apropiados para usarse cuando la Oración Matutina con una Lección precede a la Santa Comunión. Cualquier domingo o día festivo, el Oficiante puede leer la Epístola o el Evangelio del Día en lugar de la Segunda Lección en el oficio de Oración Matutina o Vespertina. Cualquier día de la semana que no sea día festivo, los Salmos y Lecciones señalados para cualquier día de dicha semana puede leerse en vez de los señalados para el Día. Cuando se observa la Octava de cualquier Día Santo, los Salmos y Lecciones del Día pueden ser usados el domingo dentro de la Octava. En ocasiones especiales el Oficiante puede seleccionar los Salmos y Lecciones que considere propios. Cualquier Lección puede ser alargada o acortada a discreción del Oficiante.
HIMNOS Y ANTIFONAS
SE puede cantar antes y después de cualquier Oficio de este Libro, como también antes y después de los sermones, los Himnos publicados y permitidos por la autoridad de esta Iglesia, y Antífonas tomadas de las Santas Escrituras, o del Libro de Oración Común.
Selecciones de Salmos
Orden para la Oración Matutina Diaria
¶ El Oficiante principiará la Oración Matutina leyendo uno o más de los siguientes Versículos de las Escrituras.
¶ En cualquier día, excepto en día de Ayuno o Abstinencia, o cuando la Letanía o el Oficio de la Santa Comunión sigue inmediatamente, el Oficiante puede, a su discreción, pasar de los Versículos al Padre Nuestro, diciendo primero, El Señor sea con vosotros. Responsorio:Y con tu espíritu. El Oficiante: Oremos.
¶ Y NÓTESE, que cuando se omiten la Confesión y to Absolución, el Oficiante de, después de los Versículos, pasar a los Responsorios, Oh, Señor, abre nuestros labios, etc., en cuyo caso, el Padre Nuestro se dirá con las demás colectas inmediatamente después de El Señor sea con vosotros, etc., y antes de los Versículos y Responsorios que siguen, o en la Letanía donde está allí indicado.
Introducción oraciones
EL SEÑOR está en su santo templo: calle delante de El toda la tierra. Hab. ii. 20. Yo me alegré con los que me decían: A la casa del SEÑOR iremos.
Sal. cxxii. 1.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, OH SEÑOR, roca mía y redentor mío. Sal. xix. 14. Envía tu luz y tu verdad: éstas me guiarán, me conducirán al monte de tu santidad, y a tus tabernáculos. Sal. xliii. 3.
Así dijo el Alto y Sublime, El que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isaías lvii. 15.
La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. S. Juan iv. 23.
Gracia sea a vosotros, y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Fil. i. 2.
Adviento
Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado. San Mateo iii. 2.
Barred camino al SEÑOR: enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Isaías xl. 3.
Navidad
He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. S. Lucas ii. 10-11.
Epifanía
Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso, y presente limpio: porque grande es mi Nombre entre las gentes, dice el SEÑOR de los ejércitos. Mal. i. 11.
Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso, y presente limpio: porque grande es mi Nombre entre las gentes, dice el SEÑOR de los ejércitos. Mal. i. 11.
Despierta, despierta, vístete tu fortaleza, oh Sión; vístete tu ropa de hermosura, oh Jerusalén. Isaías lii. 1.
Cuaresma
Lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos al SEÑOR vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo. Joel ii. 13.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios. Sal. li. 17.
Me levantaré, e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti; ya no soy digno de ser llamado tu hijo. S. Lucas xv. 18, 19.
Viernes Santo
¿ No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; porque el SEÑOR me ha angustiado. Lam. i. 12.
En el cual tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados, por las riquezas de su gracia. Efes. i. 7.
La Pascua
Ha resucitado. El Señor en verdad ha resucitado. S. Mar. xvi. 6; S. Lucas xxiv. 34.
Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y alegaremos en él. Salmo cxviii. 24.
Ascensión
Por tanto, teniendo un gran Pontífice, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro. Heb. iv. 14-16.
Dia de Pentecostés
Recibiréis poder del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos. i. 8.
Por cuanto sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama, Abba,
Padre. Gal. iv. 6.
Dominica de la Trinidad
Santo, Santo, Santo, El Señor Dios Omnipotente, que era, y que es, y que ha de venir. Rev. iv. 8.
Dia de Acción Gracias
Honra al SEÑOR de tu sustancia, y de las de primicias de todos tus frutos; y serán llenas tus troj es con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. Prov. iii. 9, 10.
El SEÑOR con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia. Por su sabiduría los mares se
evaporan, y las nubes derraman el rocío. Prov. iii. 19, 20.
Exhortación
¶ Entonces el Oficiante dirá,
CARISIMOS hermanos, las Santas Escrituras nos amonestan, en varios lugares, a que reconozcamos y confesemos nuestros muchos pecados y maldades; y que no los debemos encubrir o disimular ante Dios Omnipotente, nuestro Padre Celestial; sino confesarlos con un corazón humilde, sumiso, contrito y obediente; a fin de obtener el perdón, por su infinita bondad y misericordia. Y aunque debemos en todo tiempo reconocer humildemente nuestros pecados delante de Dios, sin embargo, debemos principalmente hacerlo cuando nos congregamos y unimos para rendirle gracias por los grandes beneficios recibidos de sus manos, proclamar dignamente sus alabanzas, escuchar su santa Palabra, y pedirle aquellas cosas requeridas y necesarias tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, yo os pido y suplico a todos los presentes, que con un corazón puro y voz humilde, me acompañéis ante el trono de la gracia celestial, diciendo--
¶ O bien dirá,
CONFESEMOS humildemente nuestros pecados a Dios Todopoderoso.
Confesión General
¶ Que toda la Congregación siguiendo al Oficiante, dirán arrodillados.
OMNIPOTENTE y misericordiosísimo Padre; Hemos errado, y nos hemos extraviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los designios y deseos de nuestro propio corazón. Hemos faltado a tus santas leyes. Hemos dejado de hacer lo que debíamos haber hecho; Y hemos hecho lo que no debíamos hacer; Yen nosotros no hay salud. Mas Tú, oh Señor, compadécete de nosotros, miserables pecadores. Libra, oh Dios, a los que confiesan sus culpas. Restaura a los que se arrepienten; Según tus promesas declaradas al género humano en Jesucristo nuestro Señor. Y concédenos, Oh Padre misericordiosísimo, por su amor; Que de aquí en adelante vivamos una vida sobria, santa y justa, para gloria de tu Santo Nombre. Amén.
Absolución
Declaración de la Absolución o Remisión de Pecados.
¶ Que solo puede hacer el Presbítero, estando de pie, mientras la congregación permanece de rodillas.
¶ El Presbítero, a su discreción, puede usar, en lugar de la que sigue, la Absolución del Oficio de la Santa Comunión.
EL Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta de sus maldades y viva; ha
dado poder y mandamiento a sus Ministros para declarar y pronunciar a su pueblo arrepentido, la Absolución y Remisión de sus pecados. El perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se
arrepienten y sinceramente creen en su santo Evangelio.
Por tanto, roguémosle que nos conceda verdadero arrepentimiento, y su Espíritu Santo, a fin de que las obras que al presente hacemos le sean agradables; y que nuestra vida da de
aquí en adelante sea pura y santa; para que al fin obtengamos la bienaventuranza eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración de Nuestro Señor
¶ El Oficiante se arrodillará y dirá el Padre Nuestro, y el pueblo, aún de rodillas, lo repetirá con él, no sólo aquí, sino también en cualquier otro lugar que se usare en el Oficio Divino.
PADRE nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El
pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
¶ Entonces dirá, Oh Señor, abre nuestros labios.
Resp. Y nuestra boca anunciará tu alabanza.
¶ Poniéndose todos de pie, el Oficiante dirá,
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Resp. Como era al principio, es ahora, y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oficiante: Alabad al Señor.
Resp. El Nombre del Señor sea alabado
¶ Después se dirá o cantará el siguiente Cántico; excepto en aquellos días para los cuales hay otros señalados, o en los que se usa el Salmo 95; pero NÓTESE que en Miércoles de Ceniza, y Viernes Santo, se omitirá el Venite.
Invitatorio Antifona
¶ En los días que a continuación se especifican, antes del Venite se podrá cantar o decir,
¶ En las Dominicas de Adviento. Nuestro Rey y Salvador se acerca; * Venid, adorémosle.
¶ En el día de Navidad y hasta la Epifanía. ¡Aleluya! Un Niño nos es nacido; * Venid, adorémosle.
¶ En la Epifanía y siete días después, y en la Fiesta de la Transfiguración. El Señor ha manifestado su gloria; * Venid, adorémosle.
¶ En el Lunes de la Semana de Pascua, y hasta el Día de la Ascensión. ¡Aleluya! El Señor en verdad ha resucitado; * Venid, adorémosle. ¡Aleluya!
¶ En el Día de la Ascensión y hasta el día de Pentecostés. ¡Aleluya! Cristo el Señor ascendió a los Cielos; *Venid, adorémosle. ¡Aleluya!
¶ En el Día de Pentecostés y seis días después. ¡ Aleluya! El Espíritu del Señor llena el mundo; * Venid, adorémosle. ¡Aleluya!
¶ En la Domínica de la Trinidad. Padre, Hijo, y Espíritu Santo, un solo Dios; * Venid, adorémosle.
¶ En la Purificación y la Anunciación. El Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros; *Venid, adorémosle.
¶ En otras festividades para las que estén indicados Epístola y Evangelio Propios. El Señor es glorioso en sus santos; * Venid, adorémosle.
Venite, exultemus Domino.
VENID, celebremos alegremente al SEÑOR; * cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Lleguemos ante su acatamiento con alabanza; * aclamémosle con cánticos.
Porque el SEÑOR es Dios grande; * y Rey grande sobre todos los dioses.
Porque en su mano están las profundidades de la tierra; * y las alturas de los montes son suyas.
Suya también la mar, pues El la hizo; * y sus manos formaron la tierra seca.
Venid, adoremos y postrémonos; * arrodillémonos delante del SEÑOR nuestro Hacedor.
Porque El es el Señor nuestro Dios; * nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano.
Adorad al SEÑOR en la hermosura de su santuario; * temed delante de El, toda la tierra.
Delante del Señor que vino, porque vino a juzgar la tierra * Juzgara al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.
¶ Entonces seguirá una porción de los Salmos, según el Uso de esta Iglesia. Y al fin de cada Salmo, así como al fin del Venite, Benedictus es, Benedictus y Jubilate, se puede decir o cantar el Gloria Patri; pero al fin de la porción entera, o de la selección del Salterio, no se debe omitir.
GLORIA al Padre, y al Hijo, * y al Espíritu Santo; Como era al principio, es ahora, y será siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.
¶ Entonces se leerá la Primera Lección, según la Tabla o Calendario, y NÓTESE, que antes de cada Lección, el Oficiante dirá: Aquí empieza el Capítulo —— (o el Versículo —— del Capítulo ——) del Libro de ——; y después de cada Lección: Aquí termina la Primera (o Segunda) Lección.
¶ Aquí se dirá o cantará el siguiente Cántico. Pero NÓTESE que en cualquier día cuando la Santa Comunión sigue inmediatamente, el Oficiante, a su discreción, después de haberse dicho o cantado cualquiera de los siguientes Cánticos de la Oración Matutina, puede principiar en seguida el Oficio de la Santa Comunión.
Te Deum laudamus.
TE alabamos, oh Dios; Señor, Te confesamos. Toda la tierra Te adora, oh Padre eterno.
A Ti
todos los Angeles; los cielos y todas las potestades;
Los Querubines y los Serafines con incesante voz Te
proclaman,
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de las
Huestes;
Llenos están los cielos y la tierra: de la Majestad de tu
gloria.
A Ti el glorioso coro de los
Apóstoles.
El número laudable de los
Profetas.
La blanca multitud de los Mártires: Te
alaban.
La Iglesia por la extensión del orbe: Te
confiesa:
Padre, de Majestad infinita;
A tu Hijo único, verdadero y
adorable:
Y también al Espíritu Santo,
Consolador.
TU, Cristo, Rey de la gloria
Tú
eres el Hijo sempiterno del Padre.
Tú, al emprender la redención del hombre, no temiste venir al
seno de la Virgen.
Tú, al vencer el aguijón de la muerte, abriste a los creyentes
el reino de los cielos.
Tú estás sentado a la diestra de Dios, en la gloria del
Padre.
Creemos que eres el Juez que ha de
venir.
Por tanto, te rogamos, socorras a tus siervos, a quienes
redimiste con tu sangre preciosa.
Haz que sean contados con tus santos, en la gloria
eterna.
SALVA, Señor, a tu pueblo, y a tu heredad bendice. Gobiérnale, y ensálzale perpetuamente.
Todos los
días Te bendecimos;
Y alabamos tu Nombre en los siglos, y por los siglos de los siglos.
Dígnate, Señor, guardarnos sin pecado en este día. Ten misericordia de nosotros, Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor, sea tu misericordia sobre nosotros, según de ti hemos esperado.
En Ti, Señor, he confiado; jamás seré
confundido.
¶ O este Cántico.
Benedictus es, Domine.
BENDITO eres Tú, oh Señor Dios de nuestros
padres: * Alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Bendito eres Tú por el Nombre de tu Majestad: * Alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Bendito eres Tú en el templo de tu Santidad: * Alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Bendito eres Tú que contemplas los abismos, y habitas entre los Querubines: *Alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Bendito eres Tú sobre el glorioso trono de tu Reino: * Alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Bendito eres Tú, en el firmamento de los cielos: * Alabado y exaltado sobre todo para siempre.
¶ O éste.
Benedicite, omnia opera Domini.
BENDECID al Señor, obras todas del Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Angeles del Señor, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
CIELOS, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Aguas que estáis sobre el firmamento, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Todas las Potestades del Señor, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Sol y Luna, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Estrellas del Firmamento, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Lluvias y Rocío, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Vientos de Dios, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Fuego y Calor, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Invierno y Verano, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Rocíos y Escarchas, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Heladas y Frío, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Hielos y Nieves, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Noches y Días, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Luz y Tinieblas, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Relámpagos y Nubes, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
BENDIGA la Tierra al Señor: * alábele, y
ensálcele para siempre.
Montes y Collados, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Plantas y Yerbas del Campo, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Fuentes, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Mares y Ríos, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Ballenas, y todo lo que se mueve en las Aguas, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Aves del Aire, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Bestias y Ganado, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Hijos de los Hombres, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
BENDIGA Israel al Señor: * alábele, y ensálcele
para siempre.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Siervos del Señor, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Espíritus y Almas de los Justos, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
Santos y Humildes de corazón, bendecid al Señor: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
BENDIGAMOS al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo: * alabadle, y ensalzadle para siempre.
¶ Después se leerá de la misma manera la Segunda Lección, tomada del Nuevo Testamento, según la Tabla o Calendario.
¶ Después se cantará o dirá el siguiente Cántico; y NÓTESE, que, excepto en los domingos de Adviento, se puede omitir la última parte.
Benedictus. San Lucas I. 68.
BENDITO el Señor Dios de Israel, * que ha visitado y redimido a su pueblo;
Y nos alzó poderosa Salvación, * en la casa de David su siervo.
Como habló por boca de sus santos Profetas, * que existieron desde el principio del mundo.
Que nos libraría de nuestros enemigos, * y de la mano de los que nos aborrecen.
Para ejecutar la misericordia
prometida a nuestros padres, * y recordar su santo pacto.
Para ejecutar el juramento que juró a nuestro padre Abrahán, * que se nos daría;
Que, siendo librados de la mano de nuestros enemigos * le serviríamos sin temor;
En santidad y justicia ante El, * todos los días de nuestra vida.
Y Tú, oh niño, profeta del Altísimo serás llamado: * porque andarás ante la faz del Señor, para preparar sus caminos,
Para dar a conocer la salvación a su pueblo * y la remisión de sus pecados,
Por la tierna misericordia de nuestro Dios: * por la cual la Aurora de lo Alto nos ha visitado,
Para dar luz a los que están en tinieblas, y en sombra de muerte, * y para guiar nuestros pies hacia el camino de paz.
¶ O este Salmo.
Jubilate Deo. Salmo c.
REGOCIJAOS en el SEÑOR, todas las naciones: *
servid al SEÑOR con alegría, venid ante su presencia con cánticos.
Sabed que el SEÑOR es Dios; El nos hizo, y no nosotros mismos; * pueblo suyo somos, y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, y en sus atrios con alabanzas; *confesadle, y bendecid su Nombre.
Porque benigno es el SEÑOR, eterna es su misericordia; * y su verdad permanece de generación en generación.
Credo de Los Apóstoles
¶ Entonces, el Oficiante y el pueblo de pie, dirán el Credo de los Apóstoles. Y en cualquiera Iglesia, las palabras: Descendió a los infiernos, podrán sustituirse por: Y fué a donde están las almas que partieron de esta vida, palabras que se considera tienen el mismo sentido enel Credo.
CREO en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra:
Y en Jesucristo su único Hijo nuestro Señor: Que fué concebido por el Espíritu Santo, Nació de la Virgen María: Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, Fué crucificado, muerto y
sepultado: Descendió a los infiernos; Al tercer día resucitó de entre los muertos: Subió a los cielos, Y está sentado a la diestra de Dios Padre, Todopoderoso: De donde ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo: La Santa Iglesia Católica; La Comunión de los Santos: El Perdón de los pecados: La Resurrección del Cuerpo: Y la Vida
Perdurable. Amén.
Credo Niceno ¶ O el Credo, comúnmente llamado Niceno.
CREO en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, Y de todas las cosas visibles e invisibles:
Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios; Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Verdadero Dios de Verdadero Dios; Engendrado, no
hecho; Consubstancial al Padre; Por quien todas las cosas fueron hechas: Quien por los hombres y por nuestra salvación descendió del cielo, Y fué encarnado por el Espíritu Santo de la Virgen María, Y
fué hecho hombre: Y también por nosotros fué crucificado bajo Poncio Pilato; Padeció y fué sepultado: Resucitó al tercer día según las Escrituras: Ascendió a los cielos, Y está sentado a la diestra
del Padre: Y vendrá otra vez, con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos; Cuyo reino no tendrá fin.
Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, procedente del Padre y del Hijo; Quien con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; Quien habló por los Profetas:
Y creo en la Iglesia Una, Católica y Apostólica: Y reconozco un Bautismo para remisión de los pecados: Y espero la Resurrección de los muertos: Y la Vida en los siglos venideros.
Amén.
¶ Después de esto, estando el pueblo devotamente arrodillado, se dirán las siguientes Oraciones; diciendo primero el Oficiante,
Oficiante. El Señor sea con vosotros:
Resp. Y con tu
espíritu.
Oremos.
¶ Aquí seguirá el Padre Nuestro, si no se ha dicho antes.
Ofic. Oh Señor, muéstranos tu misericordia.
Resp. Y concédenos tu salvación.
Ofic. Oh Dios, purifica nuestros corazones.
Resp. Y no quites de nosotros tu Santo Espíritu.
¶ Después seguirá la Colecta del Día, excepto cuando se ha de leer el Oficio de la Santa Comunión, en cuyo caso, la Colecta del Día se omitirá aquí.
Colecta por la Paz
OH Dios, que eres Autor de la paz y amante de la concordia; Conocerte es Vida Eterna, y servirte, plena libertad. Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiando seguramente en tu protección, no temamos la astucia de ningún adversario; mediante el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Señor, nuestro Padre Celestial, Poderoso y Eterno Dios, que nos has conducido con seguridad al principio de este día; Defiéndenos con tu gran poder; y concede que no caigamos hoy en ningún pecado, ni incurramos en ningún peligro; sino que todas nuestras acciones, siendo dirigidas y gobernadas por ti, sean justas a tus ojos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Se omitirán las siguientes Oraciones, cuando se diga la Letanía, y pueden omitirse cuando siga inmediatamente la Santa Comunión.
¶ Pero NÓTESE que el Oficiante puede concluir la Oración Matutina con las intercesiones generales, tomadas de este Libro, que crea convenientes, o bien con la Gracia.
Administración del Santo Bautismo. ¶ El Ministro de cada parroquia debe exhortar con frecuencia al pueblo para que no difieran el bautismo de sus hijos, y que procuren que éste sea administrado los domingos u otros días de fiesta. No obstante (si la necesidad lo exigiere) podrá administrarse el Bautismo en cualquier otro día. También deberá advertirles que solo por causa urgente podrán ser bautizados sus hijos en sus hogares.
¶ Para el bautismo de un niño deberá haber, cuando se pueda, que estén presentes dos padrinos y una madrina; y para el de una niña un padrino y dos madrinas; y los padres del niño o de la niña pueden ser los padrinos si así lo desearen.
¶ Cuando haya niños para ser bautizados, los padres o tutores deberán dar aviso al Ministro. Y a la hora del Bautismo, que puede administrarse, ya sea inmediatamente después de leída la Segunda Lección de la Oración Matutina o de la Vespertina, o a cualquiera otra hora designada por el Ministro, los padrinos y demás personas se colocarán con los niños junto a Ia Pila Bautismal.
¶ Cuando haya que bautizar adultos, se avisará con tiempo al Ministro; para que pueda proceder con toda diligencia a examinarlos y ver si están suficientemente instruidos en los principios de la Religión Cristiana; y pueden ser exhortados a prepararse a Si mismos, con oraciones y ayunos, para la recepción de este Santo Sacramento.
¶ NÓTESE, que en ocasión del Bautismo de un adulto, deberán hallarse presentes con él junto a la Pila Bautismal cuando
menos dos testigos. ¶ El Ministro entonces acercándose a la Pila Bautismal (en la cual se habrá puesto suficiente cantidad de agua pura) estando la congregación de pie, dirá,
¿ HA sido este Niño (o Persona) bautizado antes?
¶ Si responden, No, entonces el Ministro procederá en la forma siguiente.
MUY amados, puesto que Cristo nuestro Salvador dice: Ninguno puede entrar en el reino de Dios, si no es regenerado y nacido de nuevo de Agua y del Espíritu Santo; Yo os suplico invoquéis a Dios Padre, por medio de nuestro Señor Jesucristo, para que por su benigna misericordia conceda a este Niño (o Persona) lo que por naturaleza no puede tener; que sea bautizado con Agua y el Espíritu Santo, recibido en la Santa Iglesia de Cristo, y hecho miembro vivo de ella.
Oremos.
DIOS Omnipotente e Inmortal, auxilio de todos los necesitados, amparo de cuantos se acogen a ti por socorro, vida de los que creen, y resurrección de los muertos; Te invocamos en favor de este Niño (o este tu Siervo), para que, al recibir tu Santo Bautismo, pueda obtener la remisión de sus pecados por regeneración espiritual. RecIbelo, oh Señor, como has prometido por tu muy querido Hijo, diciendo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Así pues dános ahora que te pedimos; haz que hallemos ahora que buscamos; y que se abra la puerta, puesto que llamamos; para que este Niño (o este tu Siervo) pueda gozar de la bendición eterna de tu ablución celestial, y alcanzar el reino eterno que Tu has prometido por Cristo nuestro Señor. Amén.
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¶ El Ministro dirá a continuación.
Oíd las palabras del Evangelio, según San Marcos, escritas en el Capítulo décimo, desde el Versículo décimotercero.
Y PRESENTABAN niños a Cristo para que los tocase; y los discípulos reñían a los que los presentaban. Y viéndolo Jesús se enojó, y les dijo: Dejad a los niños venir a ml, y no se lo estorbeis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo que el que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.
¶ O este.
Oíd las palabras del Evangelio, según San Juan, en el Capítulo tercero, desde el Versículo primero.
Y HABIA un hombre de los Fariseos que se llamaba I Nicodemo, príncipe de los Judíos: éste vino a Jesús de noche, y díjole: Rabí, sabemos que has venido de Dios por Maestro: porque nadie puede hacer estos milagros que tú haces, si no fuere Dios con él. Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.
¶ O este.
Oíd las palabras del Evangelio, según San Mateo, en el Capítulo veintiocho, desde el Versículo dieciocho.
Y LLEGANDO Jesús, les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en Ia tierra. Por tanto id, y doctrinad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: enseñándolas que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
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¶ Entonces dirá el Ministro, |
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PERSUADIDOS pues de la buena voluntad de nuestro Padre celestial para con este Niño (o Persona) de clarada por su Hijo Jesucristo; démosle fiel y devotamente gracias, diciendo: DIOS Omnipotente y Eterno, Padre celestial, Te damos gracias humildemente, Porque te dignaste llamarnos al conocimiento de tu gracia, y fe en ti: Aumenta este conocimiento, Y confirma esta fe en nosotros para siempre. Auxilia con tu Espíritu Santo a este Niño (o este tu Siervo), Para que sea nacido de nuevo, Y hecho heredero de salvación eterna; Mediante nuestro Señor Jesucristo, Que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Ahora y por siempre. Amén. ¶ Cuando el Oficio es usado para Niños el Ministro hablará a los Padrinos de esta manera. MUY amados, habéis traído aquí a este Niño para que sea bautizado; habéis pedido que nuestro Señor Jesucristo se digne recibirlo, libertarlo de sus pecados, santificarlo con el Espíritu Santo, darle el memo del cielo, y la vida eterna.
Ministro. ¿ Crees en los Artículos de la Fe Cristiana, contenidos en el Credo de los Apóstoles?
Ministro. Habiendo hecho ahora estas promesas en el nombre de este Niño, ¿ cuidarás también por tu parte de que aprenda el Credo, el Padre Nuestro, y los Diez Mandamientos y todo lo demás que un Cristiano debe saber y creer para la salud de su alma?
¶ Cuando el Oficio tenga que ser usado para Adultos, el Ministro les hablará de la manera siguiente, y las personas que van a ser bautizadas responderán por sí mismas a las preguntas.
MUY amado, has venido aquí deseando recibir el Santo Bautismo. Hemos orado pidiendo que nuestro Señor Jesucristo se digne recibirte, libertarte del pecado, santificarte con el Espíritu Santo y darte el Reino del Cielo y la vida eterna.
¿RENUNCIAS al diablo y todas sus obras la vana pompa y gloria del mundo, con todas sus concupiscencias, y a los pecaminosos deseos de la carne de modo que no los seguirás, ni serás guiado por ellos?
Ministro. ¿ Crees en Jesucristo el Hijo del Dios viviente?
Ministro. Quieres ser bautizado en esta fe?
¶ Entonces dirá el Ministro,
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OH Dios misericordioso, concede que como Cristo murió y se levantó otra vez así también este Niño (o este tu Siervo) pueda morir al pecado y levantarse con vida nueva. Amén.
Concede que todos los afectos pecaminosos mueran en él, y que todas las cosas pertenecientes al Espíritu vivan y crezcan en él. Amén.
¶ Entonces dirá el Ministro,
ES verdaderamente digno, justo y de nuestro deber darte gracias, oh Señor, Santo Padre, Omnipotente, Eterno Dios, por cuanto tu muy amado Hijo Jesucristo, por la remisión de nuestros pecados, derramó de su muy precioso costado agua y sangre; y dió mandamiento a sus discípulos de que fueran por todo el mundo adoctrinando y bautizando, En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; Atiende a las súplicas de tu congregación, te suplicamos; santifica esta Agua para el lavamiento místico del pecado: y concede que este Niño (o este tu Siervo) que ahora va a ser bautizado en ella, reciba la plenitud de tu gracia, y siempre permanezca entre el número de tus fieles hijos; mediante Jesucristo nuestro Señor, a quien contigo, en la unidad del Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, ahora y por siempre jamás. Amén.
¶ Entonces el Ministro tomará al Niño en sus brazos, y dirá a los Padrinos, Poned nombre a este Niño.
¶ Y entonces nombrándole después de ellos, le sumergirá discretamente en el Agua, o bien derramará Agua sobre él diciendo,
N. YO te bautizo En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. ¶ Si la persona que va a ser bautizada es un Adulto, el Ministro le tomará de la mano, preguntará a los testigos el Nombre; y entonces le sumergirá o le derramará el Agua usando la misma fórmula.
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¶ Entonces dirá el Ministro,
NOSOTROS recibimos a este Niño (o esta Persona) entre la congregación del rebaño de Cristo, y lo signamos con el signo de la Cruz, en señal de que en adelante no se avercado, y peleará varonilmente bajo su bandera contra el pecado, contra el mundo, y contra el diablo, y continuará fiel soldado y siervo de Cristo hasta el fin de su vida. Amén.
¶ Y entonces dirá el Ministro,
VISTO pues, hermanos muy amados, que este Niño (o Persona) está regenerado e injertado en el cuerpo de la Iglesia de Cristo, demos gracias a Dios Omnipotente por estos beneficios; y de común acuerdo dirijámosle nuestros ruegos, para que este Niño (o Persona) viva el resto de sus días así como ha principiado.
¶ Entonces se dirá,
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu memo. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas lIbranos de mal. Porque tuyo es el memo, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
¶ Después dirá el Ministro,
TE damos cordiales gracias, Padre misericordiosísimo, porque te has dignado regenerar a este Niño (o este tu Siervo) con tu Espíritu Santo, recibirlo como tu propio hijo, e incorporarlo a tu santa Iglesia. Suplicámoste humildemente concedas, que muriendo al pecado, pueda vivir a la justicia, y siendo sepultado con Cristo en su muerte, pueda también participar de su resurrección; de modo que finalmente, con el mesto de tu santa Iglesia, sea heredero de tu reino eterno; mediante Cristo nuestro Señor. Amén.
¶ Entonces el Ministro añadirá,
EL Dios Omnipotente, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por quien es nombrada toda la familia en el cielo y en la tierra; Os conceda el ser fortalecidos con el poder de su Espíritu en el hombre interior; para que morando Cristo en vuestros corazones por fe, podáis sen llenos de la plenitud de Dios. Amén.
¶ Es necesario que todo adulto, así bautizado, sea confirmado por el Obispo, tan pronto como sea conveniente; para que pueda ser admitido a Ia Santa Comunión.
BAUTISMO EN PRIVADO |
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Cuando por causa de grave enfermedad, sea urgente bautizar a alguno, bastará con la fórmula siguiente:
¶ Una vez que uno de los presentes Ic haya puesto nombre, el Ministro derramará Agua sobre el Niño (o Persona) enfermo, diciendo estas palabras:
N. YO te bautizo En el Nombre del Padre, Y del Hijo, V. y del Espíritu Santo. Amén. ¶ Después de lo cual se dirá el Padre Nuestro, y ia Acción de Gracias de este Oficio, empezando, Tedamos cordiales gracias, etc.
¶ Y NÓTESE, que cuando se trata de un Adulto, el Ministro le hará las preguntas prescritas en el Oficio para el bautismo de Adultos.
¶ En casos de extrema enfermedad o peligro inminente si no puede hallarse un Ministro, cualquiera persona bautizada puede administrar el Santo Bautismo, usando la forma que precede. Tal bautismo deberá ser pronta mente notificado a las autoridades de ia parroquia.
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RECIBIMIENTO DE UNA PERSONA BAUTIZADA PRIVADAMENTE.
¶ Es conveniente que un Niño o Persona así bautizado sea después presentado a la Iglesia. en cuya ocasión se usarán las porciones siguientes del Oficio que precede:
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BAUTISMO CONDICIONAL.
¶ Si existiere duda racional de que una persona haya sido bautizada con Agua, En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (que son las partes esenciales del Bautismo), hal persona puede ser bautizada de ia manera aquí prescriba; salvo que, al momento de sumersión o verter el Agua, el Ministro usará esta fórmula:
SI no estás ya bautizado, N., Yo te bautizo En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Oficios de Instrucción PRIMER OFICIO
¶ Después de cantar un Himno, arrodillados el Ministro y la Congregación dirán juntamente la Oración siguiente, diciendo primero el Ministro,
Oremos.
DIOS de todo poder y fortaleza, Que eres el autor y dador de todo lo bueno; Injerta en nuestros corazones el amor de tu Nombre, Aumenta en nosotros la verdadera religión, Nútrenos de toda bondad, Y por tu gran misericordia guárdanos en la misma; Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Después, sentada la Congregación, el Ministro les hará las preguntas si guientes, leyendo o repitiendo la Congregación las Respuestas como se indican.
Pregunta. ¿ Cuál es tu Nombre Cristiano?
¶ Entonces dirá el Ministro,
DICES que tus Padrinos prometieron e hicieron voto de que habías de creer en todos los Artículos de la Fe Cristiana. Recita los Artículos de la Fe Cristiana según están contenidos en el Credo de los Apóstoles:
¶ Entonces, el Ministro y la Congregación se levantarán y repitirán el Credo de los Apóstoles.
CREO en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra:
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¶ Entonces, el Ministro, volviéndose a la Congregación, hará la Pregunta siguiente, respondiendo a ella la Congregación.
Pregunta. ¿ Qué es lo que aprendes principalmente en estos Artículos de tu Fe?
GLORIA al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo;
¶ Aquí puede cantarse un Himno, después de lo cual el Ministro, volviéndose a la Congregación, dirá,
DIJISTE que tus Padrinos prometieron e hicieron voto de que guardarías la santa voluntad de Dios y sus mandamientos. Dime ¿ cuántos Mandamientos hay?
¶ Entonces dirá el Ministro,
Pidamos el auxilio de Dios para conocerlos y guardarlos.
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Oremos.
¶ Entonces, el Ministro y la Congregación arrodillados, dirán conjuntamente esta oración.
OH Dios Todopoderoso, Que eres el único que puedes gobernar las voluntades y afectos rebeldes de los pecadores; Concede a tu pueblo la gracia de que ame tus mandatos, Y aspire a tus promesas; Para que de este modo, en medio de los varios y numerosos acontecimientos y mudanzas de este mundo, Nuestras almas miren hacia la sola mansión de la verdadera felicidad; Mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ A continuación el Ministro repetirá los Diez Mandamientos, y después de cada uno la Congregación dirá la Oración prescrita. Pero se advierte, que cuando es así ordenado, la Congregación podrá repetir los Mandamientos, diciendo el Ministro la Oración. Y NÓTESE además, que la parte del mandamiento impresa en tipo pequeño puede ser omitida.
I. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. II. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No las adorarás, ni las darás culto; porque yo, el SEÑOR tuyo, soy Dios celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me aborrecen; y que hago misericordia en millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. III. No tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano;
porque el SEÑOR no tendrá por inocente al que tomare su nombre en vano. Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. IV. Acuérdate del día de descanso para santificarlo.
Seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo es el día de descanso del SEÑOR tu Dios. En él no harás obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay; y en el día séptimo reposó: por tanto el SEÑOR bendijo el día séptimo y lo santificó.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. V. Honra a tu padre y a tu madre;
para que tus días se alarguen en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. VI. No matarás.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. VII. No cometerás adulterio.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. VIII. No hurtarás.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. IX. No dirás contra tu prójimo falso testimonio.
Señor, ten misericordia de nosotros, e inclina nuestros corazones a guardar esta ley. X. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su criado, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Señor, ten misericordia de nosotros, y graba todos estos tus mandamientos en nuestros corazones, te suplicamos.
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¶ Entonces dirá el Ministro,
SUPLICAMOSTE, Señor, nos concedas el espíritu de pensar y hacer siempre lo que es justo; para que nosotros, que sin ti nada bueno podemos hacer, seamos por ti capaces de vivir según tu santa voluntad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ Después de esto, sentándose la Congregación, el Ministro, hará las siguientes Preguntas, respondiendo la Congregación.
Pregunta. ¿ Qué nos enseña nuestro Señor Jesucristo acerca de estos Mandamientos?
I y II. Adorarle, darle gracias, Poner toda mi confianza en El e invocarle;
Pregunta. ¿ Cuál es tu deber para con tu Prójimo?
V. Amar, honrar y socorrer a mi padre y a mi madre: Honrar y obedecer a la autoridad civil: Someterme a todos mis gobernantes, maestros, pastores y superiores espirituales; Y portarme con la humildad y reverencia propias de un siervo de Dios;
¶ Entonces se cantará un Himno, después de lo cual el Ministro se expresará como sigue.
ES preciso que sepas esto; que no eres capaz de hacer ni cumplir todo eso por tus propias fuerzas, ni andar en los Mandamientos de Dios, y servirle sin su gracia especial; la que debes aprender a invocar en todo tiempo con oraciones fervorosas. ¿ Cuál es la oración que nuestro Señor nos enseñó a orar?
¶ Entonces el Ministro y la Congregación arrodillados dirán juntos,
PADRE nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la Tierra como en los Cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por siempre jamás. Amén.
LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos >nosotros por siempre jamás. Amén.
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SEGUNDO OFICIO.
¶ Después de cantar un Himno, el Ministro y la Congregación dirán con juntamente la siguiente sentencia.
VENID, y caminemos a la luz del Señor. Y El nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas.
DIOS Todopoderoso, que edificaste tu Iglesia sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas, siendo Jesucristo la principal piedra angular; Concede que estemos tan estrechamente unidos en espíritu por medio de su doctrina, que seamos hechos un templo santo y aceptable a ti; mediante el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Aquí se podrá cantar un Himno, después del cual, sentándose la Congregación, el Ministro hará las Preguntas que siguen, concernientes a lq Iglesia, respondiendo la Congregación.
¿CUANDO fuiste hecho miembro de la Iglesia?
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¶ Después de otro Himno, el Ministro procederá con las Preguntas acerca de los Sacramentos como sigue.
¿CUANTOS Sacramentos ha ordenado Cristo en su Iglesia?
¶ Aquí puede cantarse un Himno, y después el Ministro hará a la Congregación las Preguntas que siguen concernientes al Ministerio, respondiendo la Congregación.
¿QUE órdenes de Ministros hay en la Iglesia?
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¶ Entonces el Ministro añadirá,
Oremos.
CONCEDE, oh Señor, que los que han de renovar las promesas y los votos de su Bautismo, y ser confirmados por el Obispo, reciban de tal manera tu Espíritu Santo, que puedan crecer en tu gracia hasta el fin de su vida; mediante Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
CONCEDE, oh Padre, que cuando recibamos el bendito Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, acercándonos a esos santos misterios con fe, amor y verdadero arrepentimiento, obtengamos remisión de nuestros pecados, y seamos llenos de tu gracia y bendición celestial; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
LA Gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos nosotros, por siempre jamás. Amén.
¶ El Ministro de cada Parroquia instruirá y examinará públicamente en la Iglesia a los jóvenes, los domingos, y los días festivos u otro tiempo que sea conveniente.
¶ Y todos los Padres, Tutores y Padrinos traerán a la Iglesia al tiempo señalado, a aquellos de cuya instrucción religiosa son responsables, para que reciban instrucción por el Ministro.
¶ Tan pronto como los niños llegan a una edad competente, y pueden decir el Credo, el Padre Nuestro y los Diez Mandamientos, y estén suficientemente instruídos en todo lo demás que contienen estos Oficios, deberán ser presentados al Obispo, para ser confirmados. |
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Orden de la Confirmación
O Imposición de Manos sobre
¶ El día señalado, todos los que deban ser confirmados, colocados de pie y en orden delante del Obispo, que estará sentado en su silla cerca de la Santa Mesa, toda la Congregación estará también de pie hasta el Padre Nuestro. El Ministro entonces dirá,
REVERENDO Padre en Dios, os presento a estas personas para que reciban la Imposición de Manos.
¶ Luego el Obispo, o cualquier Ministro señalado por él, puede decir, Oíd las palabras del Evangelista San Lucas, en el Capítulo octavo del Libro de los Hechos de los Apóstoles:
LOS Apóstoles que estaban en Jerusalén habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan: los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo; (porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, mas solamente eran bautizados en el Nombre del Señor Jesús). Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.
¶ Entonces el Obispo dirá,
¿RENOVAIS, aquí, en la presencia de Dios y de esta congregación, la solemne promesa y voto que hicisteis, o fue hecho en vuestro nombre en vuestro Bautismo, ratificándolo y confirmándolo, y reconociendo que estáis obligados a creer y a cumplir con todas aquellas cosas a que vuestros padrinos se obligaron entonces por vosotros? ¶ Y cada uno contestará audiblemente,
Resp. Los renuevo.
¿PROMETEIS seguir a Jesucristo como vuestro Señor y Salvador?
¶ Y cada uno responderá,
Lo prometo.
Obispo. Oremos.
DIOS Omnipotente y Eterno, que te has dignado regenerar a estos tus siervos por medio del Agua y del Espíritu Santo, y les has concedido perdón de todos sus pecados; Fortalécelos, oh Señor, te suplicamos, con el Espíritu Santo, el Consolador, y aumenta diariamente en ellos tus varios dones de gracia: el espíritu de sabiduría y de entendimiento, el espíritu de consejo y de fortaleza espiritual, el espíritu de conocimiento y de piedad verdadera; y llénalos, Oh Señor, del espíritu de tu temor santo, ahora y siempre. Amén.
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¶ Entonces, arrodillándose todos en orden delante del Obispo, él pondrá sus manos sobre la cabeza de cada uno en particular, diciendo,
DEFIENDE, Oh Señor, a este tu hijo con tu gracia celestial, a fin de que permanezca tuyo para siempre; y de día en día crezca en tu Espíritu Santo más y más, hasta que llegue a tu reino eterno. Amén.
¶ Luego el Obispo dirá,
Obispo. Oremos.
¶ El Obispo dirá el Padre Nuestro, que repetirá la Congregación arrodillada.
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
¶ Entonces dirá el Obispo,
DIOS Omnipotente y eterno, que nos das poder para querer y hacer las cosas que son buenas y agradables a tu Divina Majestad; Te dirigimos nuestras humildes súplicas por estos tus siervos, sobre los que, según el ejemplo de los santos Apóstoles, hemos impuesto nuestras manos, para asegurarles por este signo de tu favor y generosa bondad para con ellos. Que tu mano paternal, te suplicamos, sea siempre sobre ellos; que tu Espíritu Santo sea siempre con ellos, y que de tal modo los guíes en el conocimiento y obediencia de tu Palabra, que al fin obtengan vida eterna; mediante Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el mismo Espíritu Santo es un solo Dios y vive y reina siempre por los siglos de los siglos. Amén.
OH Señor Omnipotente y Dios eterno, suplicámoste te dignes dirigir, santificar y gobernar nuestros corazones y cuerpos en los caminos de tus leyes, y en las obras de tus mandamientos; para que por medio de tu poderosísima protección, ahora y siempre, seamos preservados en cuerpo y alma; mediante Jesucristo nuestro Señor y Salvador. Amén.
¶ Entonces el Obispo les dará la Bendición, diciendo así,
LA Bendición de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea sobre vosotros, y more con vosotros eternamente. Amén.
¶ El Ministro no omitirá solicitar fervorosamente a los confirmados que vengan sin dilación a la Cena del Señor.
¶ Nadie será admitido a la Santa Comunión hasta haber sido confirmado, o esté preparado y deseoso de ser confirmado.
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Celebración del Matrimonio
¶ El día y la hora que se hayan señalado para Solemnizar el Matrimonio, las Personas que han de ser casadas vendrán al cuerpo de la Iglesia, o a alguna casa particular, con sus amigos y vecinos; y estando allí juntos, el Hombre a la mano derecha, y la Mujer a la izquierda, el Ministro dirá,
MUY amados, nos hemos reunido aquí en presencia de Dios, y de esta concurrencia, para enlazar a este Hombre y a esta Mujer en Santo Matrimonio; el cual es un estado honorable instituído por Dios, y nos figura la unión mística que hay entre Cristo y su Iglesia. Además, Cristo aprobó y honró este santo estado con su presencia y con el primer milagro que hizo en Caná de Galilea, y San Pablo lo recomienda, diciendo, que es digno de honor entre todos: por tanto no debe ser emprendido inconsiderada o temerariamente sino con reverencia, discreción, peso y cordura, sobriedad y temor de Dios.
¶ Después, hablando con los que vienen a casarse les dirá,
YO os requiero, y encargo, que como debéis responder en el terrible día del juicio, cuando los secretos de todos los corazones serán descubiertos, si alguno de vosotros sabe algún impedimento, por el cual no podáis casaros lícitamente, lo confeséis. Porque tened por cierto, que todos los que son unidos en contraposición a la Palabra de Dios, su matrimonio no es lícito.
¶ El Ministro, si tiene razón para dudar de la legalidad del propuesto Matrimonio, puede exigir seguridad suficiente para su indemnidad: pero si no existiere, ni sospechare impedimento alguno, el Ministro dirá al Hombre,
N. ¿ QUIERES tomar a esta Mujer por tu legítima esposa, y vivir con ella, conforme a la ordenanza de Dios, en el santo estado del Matrimonio? ¿ La amarás, consolarás, honrarás y conservarás en tiempo de enfermedad y de salud; y renunciando a todas las otras, te conservarás para ella sola, mientras los dos vivieren?
¶ El Hombre responderá,
Sí, quiero.
N. ¿ QUIERES tomar a este Hombre por tu legítimo esposo, para vivir con él conforme a la ordenanza de Dios, en el santo estado del Matrimonio? ¿ Le amarás, consolarás, honrarás y conservarás en tiempo de enfermedad y de salud; y, renunciando a todos los otros, te conservarás para él solo, mientras los dos vivieren? ¶ Y la Mujer responderá,
Sí, quiero.
¿ Quién entrega a esta Mujer, para que se case con este Hombre?
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¶ Entonces se darán fe el uno al otro de esta manera. El Ministro, recibiendo a la Mujer de la mano de su padre, o de algún amigo, hará que el Hombre la lome de la mano derecha y que repita con él lo que sigue.
YO N. te recibo a ti N. por mi legítima esposa desde hoy en adelante, ora mejore o empeore tu suerte, seas más rica o más pobre, ora sana, ora enferma, para amarte, y cuidarte hasta que la muerte nos separe, según la santa ordenanza de Dios; y de hacerlo así te doy mi palabra y fe.
¶ Después soltarán sus manos; y la Mujer tomando con su mano derecha la del Hombre dirá asimismo siguiendo al Ministro,
YO N. te recibo a ti N. por mi legítimo esposo desde hoy en adelante, ora mejore o empeore tu suerte, seas más rico o más pobre, ora sano, ora enfermo, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe, según la santa ordenanza de Dios; y de hacerlo así te doy mi palabra y fe.
¶ Después soltarán sus manos otra vez; y el Hombre dará a la Mujer un Anillo. Y el Ministro, tomando el Anillo, lo dará al Hombre para que lo ponga en el cuarto dedo de la mano izquierda de la Mujer. Y el Hombre teniendo allí el Anillo, e instruido por el Ministro, dirá,
CON este Anillo te desposo: En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. ¶ Y antes de entregar el Anillo al Hombre, el Ministro puede decir, BENDICE, Oh Señor, este Anillo, para que el que lo da y la que lo lleve moren en tu paz y continúen en tu favor, hasta el fin de su vida; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Y dejando el Hombre el Anillo en el cuarto dedo de la mano izquierda de la Mujer, el Ministro dirá,
Oremos.
¶ Entonces el Ministro y la Congregación aún de pie, dirán el Padre Nuestro.
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.
¶ Y el Ministro añadirá,
DIOS eterno, Creador y Conservador del género humano, Dador de toda gracia espiritual, Autor de la vida eterna; Envía tu bendición sobre este hombre y esta mujer, tus siervos, a quienes bendecimos en tu Nombre; que viviendo fielmente juntos, cumplan y guarden el voto y el pacto que se han hecho el uno al otro, (de lo cual este Anillo respectivamente dado y recibido es arras y prenda,) y que siempre permanezcan juntos en perfecto amor y paz, y vivan conforme a tus santos mandamientos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ El Ministro puede añadir una o ambas de las siguientes oraciones.
DIOS Todopoderoso, Creador del género humano, que sólo eres el manantial de la vida; Confiere a estos tus siervos, si es tu voluntad, el don y la herencia de hijos; y concede que ellos puedan ver a sus hijos educados en tu fe y temor, para honra y gloria de tu Nombre; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Dios, que has consagrado el estado de Matrimonio hasta tener en él significado y representado el desposorio espiritual y la unidad entre Cristo y su Iglesia; Mira misericordiosamente sobre estos tus siervos, para que puedan amarse, honrarse y cuidarse el uno al otro, y así vivir juntos en fidelidad y paciencia, en sabiduría y verdadera santidad, de manera que su hogar sea un puerto de bendición y de paz; mediante el mismo Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo es siempre, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
¶ Entonces el Ministro juntándoles las manos derechas, dirá,
A los que Dios ha unido, ningún hombre los separe.
¶ Después el Ministro dirá a la concurrencia.
POR cuanto N. y N. consienten en su Santo Matrimonio, y lo han testificado delante de Dios, y de esta concurrencia, y para este fin han dado y empeñado su fe y palabra el uno al otro, y lo han declarado también, así por la unión de las manos, como por la donación y recepción de un Anillo; Yo los declaro Esposo y Esposa, En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
¶ Y el Ministro, arrodillados los Esposos, añadirá esta Bendición.
DIOS el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, os bendiga, conserve y guarde; el Señor por su misericordia vuelva a vosotros los ojos de su favor; y os llene de toda bendición espiritual y gracia para que viváis juntos en este mundo de tal manera que gocéis en el otro de la vida eterna. Amén.
¶ Las leyes relativas al Matrimonio, siendo diversas en los diferentes Estados, sea por Publicación en las Iglesias, sea por Licencia, cada Ministro queda sujeto a la dirección de esas leyes, en todo lo que se refiere al contrato civil entre los individuos.
¶ Y cuando se publican las Amonestaciones, debe ser en la forma siguiente: Yo publico las Amonestaciones de Matrimonio entre N. de ——, y N. de ——. Si alguno de vosotros supiere causa o justo impedimento, por lo cual estas personas no se puedan unir en Santo Matrimonio, debe declararlo. Esta es la primera [segunda o tercera] amonestación.
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Acción de Gracias después
“Comúnmente llamada Purificación de las Mujeres” ¶ Este Oficio, o la última Oración sólo, tal como está entre las Oraciones y Acciones de Gracias, puede usarse, según la discreción del Ministro.
¶ La Mujer, al tiempo acostumbrado después de su alumbramiento, vendrá a la Iglesia vestida decentemente, y se arrodillará en algún lugar conve niente, como se ha acostumbrado, o como el Ordinario ordenare.
¶ El Ministro le dirá,
PUESTO que agradó a Dios Omnipotente por su bon dad concederte un feliz alumbramiento, y te ha pre servado en el gran peligro del parto, debes dar cordiales gracias a Dios diciendo:
¶ Entonces se dirá por ambos el siguiente Himno, estando la Mujer aún de rodillas. Dilexi, quoniam. Salmo cxvi.
AMO al SEÑOR, pues ha oído mi voz y mis súplicas. Porque ha inclinado a mí su oído: * le invocaré por tanto en todos mis días.
¶ Entonces el Ministro dirá el Padre Nuestro, y lo que sigue: pero el Padre Nuestro puede omitirse, cuando se ha dicho en la Oración Matutina o la Vespertina.
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.
Ministro. Oremos.
OH Dios Todopoderoso, te damos las más humildes gracias porque benignamente te has dignado preservar, durante el gran dolor y peligro del alumbramiento, a esta mujer, tu sierva, que ahora desea ofrecerte sus alabanzas y acciones de gracias. Concede, te suplicamos, oh Padre misericordioso, que, con tu ayuda, viva fielmente conforme a tu voluntad en esta vida, y que en el mundo venidero sea también partícipe de la gloria eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Entonces puede decirse,
CONCEDE, te suplicamos, Oh Padre Celestial, que el hijo de esta tu sierva pueda crecer diariamente en sabiduría y estatura, y desarrollarse en tu amor y servicio, hasta que llegue a tu gozo eterno; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ La Mujer que viene a dar Gracias, debe traer las ofrendas acostumbradas, las cuales serán aplicadas, por el Ministro y los Guardianes, al alivio de las mujeres necesitadas en el parto, y si hay Santa Comunión, conviene que la reciba.
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Visitación a los Enfermos
¶ El siguiente Oficio, o parle de él, puede ser usado a discreción del Ministro. ¶ Cuando alguna persona esté enferma, será dada noticia de ello al Ministro de la Parroquia, el cual, entrando en la presencia de la persona enferma dirá,
PAZ sea a esta casa y a todos los que en ella moran.
¶ Después de lo cual dirá la Antífona siguiente, y, según su discreción, uno de los Salmos de Penitencia.
Antífona. Oh Señor, no te acuerdes de nuestros pecados, ni de los de nuestros padres. ¶ Entonces el Ministro dirá,
Oremos.
Señor, ten misericordia de nosotros.
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.
Ministro.
OH Señor, mira desde el cielo, contempla, visita y alivia a este tu siervo. Míralo con los ojos de tu misericordia; dale consuelo y firme confianza en ti, defiéndelo en todo peligro, y guárdalo en perpetua paz y seguridad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Entonces puede el Ministro decir las Antífonas y los Salmos siguientes con la Colecta a discreción suya.
Antífona. Con mi voz clamé al SEÑOR, y El me respondió desde el monte de su santidad.
¿ Domine, quid multiplicati? Salmo iii.
OH SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos: muchos se levantan contra mí.
Colecta.
OYENOS, omnipotente y muy misericordioso Dios y Salvador; extiende tu acostumbrada bondad a este tu siervo que se halla afligido por su enfermedad. Visítalo, Oh Señor, con tu amorosa misericordia, y restáuralo a su salud anterior, para que te pueda dar gracias en tu Santa Iglesia; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Antífona. Entraré al altar de Dios, al Dios alegría de mi gozo. |
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Judica me, Deus. Salmo xliii.
JUZGAME, oh Dios, y aboga mi causa; líbrame de gente impía, del hombre de engaño e iniquidad.
Colecta.
SANTIFICA, te suplicamos, oh Señor, la enfermedad de este tu siervo; para que la sensación de su debilidad pueda añadir fuerza a su fe, y seriedad a su arrepentimiento; y concede que pueda morar contigo en la vida eterna; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Antífona. Consideraba los días desde el principio; los años de los siglos. Voce mea ad Dominum. Salmo lxxvii.
CON mi voz clamé a Dios: a Dios clamé, y El me escuchará.
Colecta.
OYE, oh Dios, te suplicamos, estas nuestras oraciones, que te dirigimos a favor de este tu siervo; y concédele el auxilio de tu misericordioso consuelo; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Antífona. Si anduviere yo en medio de la angustia, Tú me vivificarás. Confitebor tibi. Salmo cxxxviii.
ALABARTE he, oh Señor, con todo mi corazón: delante de los dioses te cantaré salmos.
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Colecta.
OH Dios, la fuerza del débil y el consuelo de los que sufren; Misericordiosamente acepta nuestras oraciones, y concede a tu siervo la ayuda de tu poder, para que su enfermedad sea cambiada en salud, y nuestra tristeza en gozo; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Antífona. El SEÑOR salva de la destrucción tu vida, y te corona de favores y misericordia.
Benedic, anima mea. Salmo ciii.
BENDICE, alma mía, al SEÑOR: y bendigan todas mis entrañas su Santo Nombre.
Colecta.
ACEPTA, te suplicamos, Señor misericordioso, la devota alabanza de tu humilde siervo; y concédele un sentimiento permanente de tu amorosa bondad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ Los siguientes Salmos son a propósito, y a discreción del Ministro pueden ser sustituidos por cualquiera de los arriba citados: 20, 27, 42, 91, 121, 146. ¶ Añadiendo esto, OH Salvador del mundo, que por tu Cruz y preciosa Sangre nos has redimido; Sálvanos, y ayúdanos, humildemente te suplicamos, oh Señor. ¶ Conforme lo requiera la ocasión, el Ministro deberá adoctrinar a la per sona enferma acerca del significado y uso del tiempo de enfermedad, y de la oportunidad que proporciona para espiritual provecho.
¶ Entonces puede inquirir el Ministro de la persona enferma acerca de su aceptación de la fe Cristiana y si se arrepiente verdaderamente de todos sus pecados, y se halla en caridad con todo el mundo; exhortándole a que perdone de todo corazón, a todas las personas que le hayan ofendido, y si él hubiere ofendido a alguien, pedir que le perdonen: y donde él hubiera hecho agravio o causado perjuicio a cualquiera, repare el daño en todo cuanto esté en su poder hacerlo.
¶ Entonces la persona enferma será exhortada a hacer una confesión especial de sus pecados, si siente preocupación de conciencia; después de tal con fesión, y con la evidencia de su arrepentimiento, el Ministro le dará se guridad de la misericordia y perdón de Dios.
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¶ Entonces el Ministro dirá, Oremos.
MUY misericordioso Dios, que, según la multitud de tus bondades, borras de tal manera los pecados de los que con verdadera fe se arrepienten, que no te acuerdas más de ellos; Abre los ojos de tu clemencia sobre este tu siervo, que desea con todo fervor el perdón y remisión de sus pecados. Renueva en él, amorosísimo Padre, todo lo que ha sido depravado, por la astucia y malicia del diablo, o por su voluntad carnal y fragilidad; preserva y haz que continúe este miembro enfermo en la unidad de la Iglesia; considera su contrición, acepta sus lágrimas, y alivia sus dolores, como creas le es más conveniente y saludable. Y por cuanto pone toda su confianza en tu misericordia, no le imputes sus pecados pasados, antes bien fortalécelo con tu Espíritu Santo; y, cuando te plugiere llamarlo a tu presencia, tómalo bajo tu protección; por los méritos de tu muy amado Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ Luego dirá el Ministro,
EL Señor Omnipotente que es torre fuerte para todos los que ponen su confianza en El, y a quien todas las cosas en el cielo, en la tierra, y debajo de la tierra se inclinan y obedecen; Sea ahora y siempre tu defensa; y te haga conocer y sentir que no hay otro Nombre debajo del cielo dado al hombre, en quien y por quien tú puedas recibir salud y salvación, sino solamente el Nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén. ¶ Aquí el Ministro puede usar cualquiera parte de este Libro que, según su juicio, le pareciere conveniente en aquella ocasión, y entonces dirá,
ALA bondadosa misericordia y protección de Dios te encomendamos. El SEÑOR te bendiga y te guarde. El SEÑOR haga resplandecer su faz sobre ti, y te sea propicio. El SEÑOR dirija a ti su rostro, y te dé paz ahora y por siempre. Amén.
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ORACIONES.
¶ Oraciones que pueden decirse con el Oficio que precede, o con cualquiera parte de él, a discreción del Ministro. Oración por el Restablecimiento de la Salud.
DIOS de celestiales poderes, que, por la fuerza de tu mandato, ahuyentas del cuerpo humano toda dolencia y enfermedad; Asiste con tu bondad a este tu siervo, para que su debilidad sea desvanecida y a él su fuerza vuelva; y que siéndole restaurada la salud, pueda bendecir tu Santo Nombre; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Oración por Salud.
DIOS Todopoderoso, que eres Dador de toda salud, y auxilio de los que a ti acuden por socorro; Pedimos tu fuerza y tu bondad en favor de este tu siervo, para que pueda ser sanado de todas sus enfermedades, para honor y gloria tuya; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Acción de Gracias por el Principio de una Mejoría.
DIOS grande y poderoso, que abates a los hombres hasta el sepulcro, y los levantas otra vez; Bendecimos tu bondad maravillosa, porque cambiaste nuestra pesadumbre en alegría y nuestro dolor en regocijo, restableciendo a este nuestro hermano a cierto grado de su salud anterior. Bendito sea tu Nombre, porque no lo abandonaste en su enfermedad; mas lo visitaste con tu consuelo; lo sostuviste en paciencia y sumisión a tu voluntad; y, por último, le enviaste el auxilio oportuno. Continúa, te suplicamos, esta tu misericordia para con él; y haz que los medios que se apliquen para su curación sean eficaces: a fin de que, siendo restablecido a la salud del cuerpo, al vigor de ánimo y a la alegría del espíritu, pueda ir a tu casa para ofrecerte una oblación con regocijo; y para bendecir tu Santo Nombre por todas tus bondades; por medio de Jesucristo nuestro Salvador, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Oración por una Persona, cuando hay poca esperanza de su Alivio.
OH Padre de misericordias, y Dios de todo consuelo, nuestro único amparo en tiempo de necesidad; Volamos a ti por el necesario socorro en favor de este tu siervo que yace aquí en gran debilidad corporal. Míralo bondadosamente, oh Señor; y cuanto más decae el hombre exterior, fortalécelo, te suplicamos, con tu gracia y Santo Espíritu en el hombre interior. Dale verdadero arrepentimiento de todos los errores de su vida pasada, y fe firme en tu Hijo Jesús; para que sus pecados puedan ser borrados por tu misericordia, y su perdón sellado en los cielos; mediante tu mismo Hijo, nuestro Señor y Salvador. Amén.
Oración por los Desalentados.
CONSUELA, te suplicamos, misericordiosísimo Dios, a este tu siervo, que se encuentra abatido y descora zonado en medio de las tristezas y dificultades de este mundo; y concede que, por el poder de tu Santo Espíritu, pueda ser capaz de proseguir con gozo su camino, y darte contínuas gracias por tu sustentadora providencia; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración que el Ministro puede ofrecer por todos los presentes.
OH Dios, cuyos días son infinitos, y cuyas misericordias son innumerables; Suplicámoste nos convenzas de la brevedad e incertidumbre de la vida humana; y concede que tu Espíritu Santo nos guíe en santidad y rectitud, todos los días de nuestra vida: a fin de que, cuando te hayamos servido en nuestra generación, seamos reunidos con nuestros padres, teniendo el testimonio de una buena conciencia; en la comunión de la Iglesia Católica; en la confianza de una fe cierta; en el consuelo de una razonable, piadosa y santa esperanza; en tu favor, oh nuestro Dios, y en perfecta caridad con todo el género humano. Te pedimos todo esto mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Oración Comendatoria por un Agonizante.
DIOS Todopoderoso, con quien viven los espíritus de los justos ya hechos perfectos, después que son librados de sus prisiones terrenales; Nosotros encomendamos humildemente, en tus manos, como en las manos de un Creador fiel, y Salvador muy misericordioso, el alma de este tu siervo nuestro hermano amado; suplicándote, que sea preciosa en tu presencia. Lávala, te rogamos, en la sangre de aquel Cordero inmaculado, que fué muerto para quitar los pecados del mundo; para que, quitadas las manchas que hubiere contraído, por las concupiscencias de la carne o asechanzas de Satanás, sea purificada y limpia, y pueda ser presentada pura y sin mancha delante de ti; mediante los méritos de Jesucristo, tu único Hijo nuestro Señor. Amén.
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LETANIA POR LOS AGONIZANTES.
OH Dios Padre; De todo mal, de todo pecado, de toda tribulación; Oh Cordero de Dios, que quitas los pecades del mundo; Señor, ten misericordia.
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los Cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén. Oremos.
OH Señor Soberano, que no deseas la muerte de un pecador; Te suplicamos que desates el espíritu de este tu siervo de toda ligadura, y lo libres de todo mal; a fin de que pueda descansar con todos tus santos en las moradas eternas; mediante Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo, es un solo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Una Absolución que dirá el Presbítero.
EL Todopoderoso y misericordioso Señor te conceda perdón y remisión de todos tus pecados, y la gracia y consuelo del Espíritu Santo. Amén. Comendatoria.
MARCHA, Oh alma Cristiana de este mundo, En el Nombre de Dios el Padre Omnipotente que te ha creado, En el Nombre de Jesucristo que te ha redimido, y En el Nombre del Espíritu Santo que te santifica. Que tu descanso sea en paz, y tu morada en el Paraíso de Dios. Oración Comendatoria por el Alma del que ya Expiró.
EN tus manos, Oh misericordioso Salvador, encomendamos el alma de tu siervo que acaba de abandonar el cuerpo. Reconoce, te suplicamos humildemente, a una oveja de tu redil, a un cordero de tu propio rebaño, a un pecador que se acoge a tu propia redención. Recíbelo en los brazos de tu misericordia, en el bendito descanso de tu paz eterna, y en la comunión gloriosa de tus santos en luz. Amén.
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UNCION DE LOS ENFERMOS.
¶ Cuando alguna persona enferma llegue a desear en humilde fe el ministerio de curación mediante la Unción o la Imposición de Manos, el Ministro puede usar tal porción del oficio que precede como él lo crea conveniente, y también la forma siguiente:
OH Bendito Redentor, alivia, te suplicamos, por tu poder, la angustia de este tu siervo; líbralo del pecado, y ahuyenta de él todo dolor de cuerpo y alma, a fin de que siendo restaurado al vigor de su salud, pueda ofrecerte alabanzas y acción de gracias; Tú que siendo un solo Dios, con el Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
TE unjo con óleo (o impongo mi mano sobre ti), En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; suplicando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, a fin de que siendo desvanecidos de tu cuerpo todo dolor y toda enfermedad, la bendición de la salud te sea restituída. Amén.
¶ Es incumbencia del Ministro, el aconsejar al pueblo, mientras están en salud, el hacer Testamentos ordenando la disposición de sus bienes temporales, y cuando está en su poder, el dejar Donativos para usos religiosos o caritativos.
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Comunión de los Enfermos
¶ Por cuanto todos los mortales están sujetos a muchos y súbitos peligros, males y enfermedades, e inciertos siempre de cuando han de partir de esta vida; y a fin de que estén preparados a morir cuando quiera Dios llamarles, los Ministros de tiempo en tiempo (más principalmente en tiempo de pestilencia, u otras enfermedades contagiosas) exhortarán diligentemente a sus parroquianos a recibir muchas veces la Santa Comunión del Cuerpo y Sangre de nuestro Salvador Cristo, cuando se administra públicamente en la Iglesia: para que así, en caso de una visitación súbita, tengan menos causa de inquietud por falta de este paso. Mas si la persona enferma no es capaz de venir a la Iglesia, y se halla deseosa de recibir la Comunión en su casa, dará noticia con tiempo al Presbítero, significando asimismo cuantos hay que comulguen con ella; y habiendo preparado todas las cosas necesarias, el Presbítero celebrará allí la Santa Comunión, comenzando con la Colecta, Epístola y Evangelio siguientes.
Colecta.
DIOS omnipotente y eterno, Creador del género humano, que reprendes a los que amas, y castigas a los que tú recibes; Te suplicamos tengas misericordia de este tu siervo visitado por tu mano; concédele que sufra con paciencia esta enfermedad, y recobre su salud corporal, si es de tu beneplácito; y que, cuando su alma se aparte de su cuerpo, haz que comparezca delante de ti sin mancha; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Epístola. Heb. xii. 5.
HIJO mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de El reprendido; porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo.
Evangelio. S. Juan v. 24.
DE cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida.
¶ O la Colecta, Epístola y Evangelio siguientes pueden usarse.
Colecta.
OH Dios, Santo Padre, por cuya amorosa bondad son renovados nuestros cuerpos y nuestras almas; Mira misericordiosamente a este tu siervo, para que, habiendo desaparecido toda causa de enfermedad, pueda ser restaurado a su salud completa; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Epístola. 1 S. Juan v. 13.
ESTAS cosas he escrito a vosotros que creéis en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el Nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en El, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que El nos oye en cualquiera cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos demandado. Evangelio. S. Juan vi. 47.
JESUS dijo, De cierto, de cierto, os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y son muertos. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera. Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre: y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
¶ Después de lo cual, el Ministro, procederá según la forma arriba señalada para la Santa Comunión, comenzando con las palabras, Vosotros los que os arrepentís sinceramente, etc.
¶ Al tiempo de distribuir el Santo Sacramento, el Ministro lo recibirá primero, y después lo administrará a los que han de comulgar con el enfermo, y últimamente al enfermo.
¶ Cuando las circunstancias requieren el acortar el Servicio, la forma que sigue será suficiente:
Confesión.
PADRE Omnipotente, Señor del cielo y de la tierra, confesamos que hemos pecado contra ti en pensamiento, palabra y obra. Ten misericordia de nosotros, oh Dios conforme a tu gran bondad; según la multitud de tus misericordias, borra nuestras ofensas y límpianos de nuestros pecados; por amor de Jesucristo. Amén. Absolución.
EL Omnipotente y misericordioso Señor, te conceda Absolución y Remisión de todos tus pecados, verdadero arrepentimiento, enmienda de vida, y la gracia y consuelo de su Espíritu Santo. Amén.
¶ Mas si alguno, por estar en extremis, no recibe el Sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, o por no haber avisado al Presbítero en tiempo conveniente, o por otro cualquier impedimento legítimo; el Presbítero instruirá al enfermo, y le dará a entender, que si se arrepiente sinceramente de sus pecados y cree firmemente que Jesucristo sufrió la muerte en la Cruz por él, y derramó su Sangre por su redención, trayendo diligentemente a su memoria los beneficios que ha recibido por ésta, y dándole gracias de todo su corazón, come y bebe el Cuerpo y la Sangre de Cristo, para provecho y salud de su alma, aunque no reciba el Sacramento con la boca. ¶ Este Oficio puede ser usado con personas ancianas o postradas en cama, o las que no pueden atender la Administración Pública en la Iglesia, sustituyendo la Colecta, Epístola y Evangelio del Día, en lugar de los indicados arriba.
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Oficio de Entierros
¶ El Oficiante recibiendo el cadáver, y caminando delante de él, a la Iglesia, o hacia el sepulcro, dirá o cantará. YO soy la resurrección, y la vida, dice el Señor: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá; y todo aquel que vive, y cree en mí no morirá eternamente.
¶ Después que llegaren a la Iglesia, será dicha o cantada una o todas las Selecciones siguientes tomadas de los Salmos. El Gloria Patri puede ser omitido excepto al fin de la porción entera o selección del Salterio.
Dixi, custodiam. Salmo xxxix.
HAZME saber, OH SEÑOR, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; * sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.
Domine, refugium. Salmo xc.
SEÑOR, tú nos has sido refugio * en generación y en generación.
Dominus illuminatio. Salmo xxvii.
EL SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿ de quién temeré?: * el SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿ de quién he de atemorizarme?
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Deus noster refugium. Salmo xlvi. DIOS es nuestro amparo y fortaleza: * nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Levavi oculos. Salmo cxxi. ALZARE mis ojos a los montes; * ¿ de dónde vendrá mi socorro? De profundis. Salmo cxxx. DE los profundos, OH SEÑOR, a ti clamo: * Señor, oye mi voz. ¶ Entonces seguirá la Lección, tomada del Capítulo quince de la primera Epístola de San Pablo a los Corintios. 1 Cor. xv. 20.
MAS ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. Mas cada
uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin; cuando entregará el reino a Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y
potestad. Porque es menester que El reine, hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte. Porque todas las cosas sujetó debajo de sus
pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas a él, claro está exceptuado aquel que sujetó a El todas las cosas. Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo
se sujetará al que le sujetó a El todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos. Mas dirá alguno: ¿ Cómo resucitarán los muertos? ¿ Con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras no
se vivifica, si no muriere antes. Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, o de otro grano: Mas Dios le da el cuerpo como quiso, y a cada
simiente su propio cuerpo. Toda carne no es la misma carne; mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves. Y cuerpos
hay celestiales, y cuerpos terrestres; mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres. Otra es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de
las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levantará en incorrupción; se siembra en vergüenza, se
levantará con gloria; se siembra en flaqueza, se levantará con potencia; se siembra cuerpo animal, resucitará espiritual cuerpo. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. Así también está escrito:
Fué hecho el primer hombre Adán en ánima viviente; el postrer Adán en espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre, es de la tierra,
terreno: el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terreno, tales también los terrenos; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y como trajimos la imagen del terreno,
traeremos también la imagen del celestial. Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un
misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados, en un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin
corrupción, y nosotros seremos transformados. Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad. Y cuando esto corruptible fuere vestido
de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria. ¿ Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿ dónde, oh
sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley. Mas a Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo. Así que, hermanos
míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano. |
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¶ O ésta. Rom. viii. 14. PORQUE todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor; mas habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba, Padre. Porque el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo; si empero padecemos juntamente con El, para que juntamente con El seamos glorificados. Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada. Porque el continuo anhelar de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios. Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, es a saber, a los que conforme al propósito son llamados. ¿ Pues qué diremos a esto? Si Dios por nosotros, ¿ quién contra nosotros? El que aun a su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿ cómo no nos dará también con El todas las cosas? ¿ Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿ Quién nos apartará del amor de Cristo? tribulación? o angustia? o persecución? o hambre? o desnudez? o peligro? o cuchillo? Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. ¶ O éste. S. Juan xiv. i. JESUS dijo: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho. Voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo; para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis adónde yo voy; y sabéis el camino. Dícele Tomás: Señor, no sabemos adónde vas: ¿ cómo pues podemos saber el camino? Jesús le dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí. ¶ Aquí puede ser cantado un Himno o Antífona; y a discreción del Ministro, se dirá el Credo, el Padre Nuestro, la Oración que sigue y tales Oraciones propias que se encuentran en este Libro, terminando con la Bendición; diciendo el Ministro, antes de las Oraciones,
Oremos. ACUERDATE de tu siervo, oh Señor, según el favor que muestras hacia tu pueblo, y concede que, creciendo en conocimiento y amor a ti, pueda ir ascendiendo de fortaleza en fortaleza, en la vida de perfecto servicio, en tu reino celestial; mediante Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo, es siempre un solo Dios y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. ALA bondadosa misericordia y protección de Dios os encomendamos. El SEÑOR os bendiga y os guarde. El SEÑOR haga resplandecer su faz sobre vosotros, y os sea propicio. El SEÑOR dirija su rostro a vosotros, y os dé paz, ahora y por siempre. Amén.
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JUNTO AL SEPULCRO.
¶ Cuando llegan al Sepulcro, mientras el cadáver es preparado para ser enterrado, se dirá o cantará, EL hombre nacido de mujer, corto de días, y harto de sinsabores: que sale como una flor
y es cortado; y huye como la sombra, y no permanece. ¶ O éste. TODO lo que el Padre me da, vendrá a mí: y al que a mí viene, no le echo fuera. ¶ Entonces, mientras cae la tierra sobre el cadáver, el Ministro dirá, AL Dios Todopoderoso encomendamos el alma de nuestro difunto hermano, y entregamos su cuerpo a la tierra; tierra a tierra, ceniza a ceniza, polvo a polvo; en esperanza segura y cierta de la resurrección a la vida eterna, mediante nuestro Señor Jesucristo; a cuya venida en gloriosa majestad, para juzgar el mundo, la tierra y el mar darán sus muertos; y los cuerpos corruptibles de los que duermen en El, serán transformados y hechos semejantes a su glorioso cuerpo, según la obra poderosa por la cual puede sujetar a sí mismo todas las cosas. ¶ Después se dirá o cantará, OI una voz del cielo, que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos, que de aquí adelante mueren en el Señor: Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos. ¶ Luego el Ministro dirá,
Oremos. Señor, ten misericordia de nosotros. PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer
en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén. |
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¶ Entonces el Ministro dirá una o más de las Oraciones siguientes, según le pareciere. OH Dios, cuyas misericordias no pueden ser enumeradas; Acepta nuestras plegarias en favor del alma de nuestro difunto hermano, y concédele entrada en la mansión de luz y gozo en la comunión de tus santos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. DIOS Todopoderoso, con quien viven los espíritus de los que mueren en el Señor, y con quien las almas de los fieles, después que son libradas del peso de la carne, están en gozo y felicidad; Te damos cordiales gracias por los buenos ejemplos de todos tus siervos, que, habiendo terminado en la fe su vida en la tierra, descansan ahora de sus trabajos. Y te suplicamos, que nosotros, con todos los que han partido en la fe verdadera de tu Santo Nombre, obtengamos nuestra perfecta consumación y felicidad en cuerpo y alma, en tu eterna y sempiterna gloria; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. DIOS misericordioso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es la Resurrección y la Vida; en quien cualquiera que cree, vivirá, aunque muera; y cualquiera que vive, y cree en El, no morirá eternamente; quien asimismo nos ha enseñado, por su santo Apóstol San Pablo, que no nos contristemos, como hombres sin esperanza, por los que duermen en El; Nosotros humildemente te suplicamos, oh Padre, nos resucites a todos nosotros de la muerte del pecado a la vida de la justicia; de modo que cuando partamos de esta vida, reposemos en El; y que en la Resurrección general, el último día, nos encontremos aceptables a tus ojos; y recibamos aquella bendición, que tu amado Hijo dirigirá entonces a todos los que te aman y temen: Venid, hijos benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde el principio del mundo. Concede esto, suplicámoste, oh Padre misericordioso, por Jesucristo, nuestro Mediador y Redentor. Amén. EL Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre del eterno pacto; Os haga perfectos en toda buena obra para hacer su voluntad, efectuando en vosotros 'lo que es agradable en su presencia; mediante Jesucristo, a quien sea dada gloria por siempre jamás. Amén. ¶ El Ministro, según le pareciere, puede también usar cualquiera de las Oraciones siguientes antes de la Bendición final. OMNIPOTENTE Dios, Dios de los espíritus que moran en la carne, que por medio de una voz del cielo proclamaste: Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor; Multiplica, suplicámoste, para aquellos que descansan en Jesús, las muchas bendiciones de tu amor, a fin de que la buena obra que Tú empezaste en ellos sea perfeccionada para el día de Jesucristo. Y por tu misericordia, concede, oh Padre celestial, que nosotros, que ahora te servimos aquí en la tierra, podamos al fin, juntos con ellos, ser hallados dignos de participar de la herencia de los santos en luz; por amor del mismo tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. Amén. PADRE misericordiosísimo, que te has dignado llevarte el alma de este tu siervo (o este niño); Otorga a los que aún estamos en nuestra peregrinación, y que aún caminamos por fe, que habiéndote servido con perseverancia en la tierra, nos reunamos después con tus benditos Santos en la gloria eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén. OH Señor Jesucristo, que por tu muerte quitaste el aguijón de la muerte; Concede que nosotros tus siervos sigamos con fe el camino que nos has enseñado, para que al fin durmamos apaciblemente en ti, y despertemos a tu semejanza; por medio de tu misericordia, que siendo un solo Dios, con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. DIOS Todopoderoso y eterno, te damos las más cordiales gracias y te alabamos de corazón, por la admirable gracia y virtud declarada en todos tus santos, que han sido los vasos escogidos de tu gracia, y las luces del mundo en sus varias generaciones; suplicándote humildemente nos des tu gracia para seguir el ejemplo de su firmeza en tu fe, y obediencia a tus santos mandamientos, para que el día de la Resurrección general, nosotros, con todos aquellos que son del cuerpo místico de tu Hijo, podamos sentarnos a su diestra, y escuchar su muy gozosa voz: Venid, vosotros benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Concédenos esto, oh Padre; por amor de Jesucristo, nuestro único Mediador y Abogado. Amén. ¶ En consideración a que algunas veces puede ser expedito el decir dentro de la Iglesia el todo o parte del servicio designado para ser dicho en la Fosa, se permite esto por causas mayores. ¶ NÓTESE que este Oficio es propio para ser usado solamente para con los fieles muertos en Cristo, con tal que en cualquiera otra circunstancia el Ministro pueda, a discreción suya, usar parte de este Oficio, o tales devociones tomadas de otras partes de este Libro, que fueran del caso.
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Para Sepelios en el Mar.
¶ El mismo Oficio puede ser usado, pero en la Sentencia al sumergir el cadáver, el Ministro dirá, AL Dios Todopoderoso encomendamos el alma de nuestro difunto hermano, y entregamos su cuerpo a las, profundidades, en esperanza segura y cierta de la Resurrección a la vida eterna, mediante nuestro Señor Jesucristo; a cuya venida en gloriosa majestad para juzgar al mundo, el mar dará sus muertos y los cuerpos corruptibles de los que duermen en El, serán transformados y hechos semej antes a su glorioso cuerpo; según la obra poderosa por la cual puede sujetar a si mismo todas las cosas. |
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ENTIERRO DE UN NIÑO.
¶ El Ministro recibe el cadáver, y caminando delante de él, entra en la Iglesia o se dirige hacia el Sepulcro diciendo, YO soy la resurrección y la vida, dice el Señor: el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá: y todo aquel que vive, y cree en mí, no morirá eternamente. JESUS los llamó hacía sí y dijo, Dejad a los niños y no les impidáis de venir a mí: porque de los tales es el reino de los cielos. COMO pastor apacentará su rebaño: en su brazo cogerá a los corderos, y en su seno los llevará. ¶ Cuando han llegado a la Iglesia se dirán los Salmos siguientes; y al fin de cada Salmo se dirá el Gloria Patri. Dominus regit me. Salmo xxiii. EL SEÑOR es mi pastor; * nada me faltará. Levavi oculos. Salmo cxxi. ALZARE mis ojos a los montes, * ¿ de dónde vendrá mi socorro? ¶ Entonces seguirá la Lección de S. Mat. xviii. EN aquel tiempo se llegaron los discípulos a Jesús diciendo: ¿ Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, le puso en medio de ellos, y dijo, De cierto os digo, que si no os volviereis y fuereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humillare como este niño, éste es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que recibiere a un tal niño en mi Nombre a mí recibe. Mirad no tengáis en poco a alguno de estos pequeños; porque os digo, que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos. ¶ Aquí puede cantarse un Himno o Antífona; y el Ministro dirá,
Oremos. Señor, ten misericordia de nosotros. |
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¶ Entonces será dicho por el Ministro y demás personas, PADRE nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra, como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.
¶ Aquí se dirán las Oraciones que siguen, o cualquiera de las Oraciones propias de este Libro. PADRE Misericordiosísimo, cuya faz los ángeles de los pequeñuelos constantemente contemplan en el cielo; Concede que creamos firmemente que este tu hijo ha sido recogido en la santa custodia de tu eterno amor; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. PADRE Omnipotente y misericordioso, que concedes a los niños amplia entrada en tu reino; Concédenos gracia para conformar nuestras vidas a su inocencia y perfecta fe, de manera que al fin, unidos con ellos, podamos estar en tu presencia en gozo perfecto; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros por siempre jamás. Amén. ¶ Cuando han llegado al sepulcro deberá decirse o cantarse, JESUS dijo a sus discípulos, También, pues, vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza: mas otra vez os veré, y se gozará vuestro corazón, y nadie quitará de vosotros vuestro gozo. ¶ Mientras echan tierra sobre el cadáver, el Ministro dirá, EN esperanza segura y cierta de la Resurrección a la vida eterna mediante nuestro Señor Jesucristo, nosotros entregamos el cuerpo de este niño a la tierra. El SEÑOR lo bendiga y lo guarde, el SEÑOR haga resplandecer su faz sobre él y le sea propicio, el SEÑOR dirija a él su rostro, y le dé paz, ahora y por siempre. ¶ Entonces se dirá o cantará, POR esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que
está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos. ¶ Entonces dirá el Ministro,
Oremos. OH Dios, cuyo muy querido Hijo tomó niños en sus brazos y los bendijo; Dános gracia, te suplicamos, para confiar el alma de este niño a tu perenne cuidado y amor, y condúcenos a tu reino celestial; mediante tu mismo Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén. DIOS Omnipotente, Padre de misericordias y dador de todo consuelo; Atiende con clemencia, te suplicamos, a todos los dolientes, para que, confiando sus pesares a ti, puedan comprender la consolación de tu amor; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. QUE el Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, os bendiga y os guarde, ahora y por siempre. Amén. |
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Fórmulas para Ordenar Es evidente que cuantos han leído diligentemente las Santas Escrituras y los Autores
antiguos saben que desde el tiempo de los Apóstoles han existido estas Ordenes de Ministros en la Iglesia de Cristo, Obispos, Presbíteros y Diáconos: Oficios que han estado siempre en tan respetable
estima, que nadie se atrevió jamás a desempeñarlos sin ser antes llamado, examinado, aprobado y reconocido como poseedor de aquellas dotes y requisitos necesarios para su cabal desempeño; y además,
con la aprobación y admisión de la Autoridad legítima, la Oración pública y con la Imposición de Manos. V por tanto, para que estas Ordenes puedan continuar y usarse reverentemente y estimarse en
esta Iglesia, ninguno será reputado por legítimo Obispo, Presbítero o Diácono, ni le será permitido ejercer cualquiera de sus funciones respectivas en esta Iglesia, sino únicamente aquél que para
esto hubiese antes sido llamado, examinado, aprobado y admitido según la formula siguiente, o que haya recibido anteriormente la Ordenación o Consagración Episcopal.
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Fórmula para Ordenar Diáconos
¶ Llegado el día señalado por el Obispo para este objeto, se predicará un Sermón o Exhortación, en que se declararán el Oficio y Obligaciones de los que van a ser admitidos al Diaconado; y cuan necesaria es esa Orden en la Iglesia de Cristo, y en cuanta estimación también debe tener el Pueblo a estas personas en su Oficio. ¶ Acabado el Sermón un Presbítero presentará al Obispo, que deberá estar sentado en su silla cerca de la Santa Mesa, aquellos que desean ser ordenados Diáconos todos adecuadamente revestidos diciendo al mismo tiempo estas palabras, REVERENDO Padre en Dios, os presento a estas personas, para que sean admitidas al Diaconado. ¶ El Obispo. ADVIERTE que las personas que nos presentas sean idóneas y dignas por sus conocimientos y buenas costumbres, de ejercer debidamente su Ministerio para honra de Dios, y edificación de su Iglesia. ¶ El Presbítero responderá, HE investigado cuanto a ellos se refiere, los he examinado además, y así los considero. ¶ Entonces el Obispo dirá al Pueblo, HERMANOS, si alguno de vosotros sabe de algún impedimento, o crimen notorio de alguno de estos varones, que nos son presentados para que les ordenemos Diáconos, por el que no debe ser admitido a este Oficio, preséntese en Nombre de Dios, y declare cuál es el impedimento o crimen. ¶ Y si se objetare algún crimen o impedimento notorio, el Obispo suspenderá la Ordenación de la persona acusada, hasta que haya sido demostrada su inculpabilidad. ¶ Luego el Obispo (encomendando a las oraciones de la Congregación los que han sido juzgados dignos de ser ordenados) rezará, con el Clero y el Pueblo allí presentes, la Letanía. ¶ Y NÓTESE, que después del Sufragio, Que te dignes iluminar a todos los Obispos, etc., se dirá el siguiente: QUE te dignes bendecir a estos tus siervos, que ahora van a ser admitidos a la Orden de Diáconos, y derramar tu gracia sobre ellos; para que puedan ejercer debidamente, su Oficio, para la edificación de tu Iglesia, y gloria de tu Santo Nombre; ¶ Y NÓTESE, además que a discreción del Obispo, en lugar de la Letanía señalada, puede ser dicha la Letanía para las Ordenaciones. ¶ Después se celebrará el Oficio de la Santa Comunión, con la Colecta, Epístola y
Evangelio siguientes. |
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Colecta. OMNIPOTENTE Dios, que por tu divina providencia has establecido diversas Ordenes de Ministros en tu Iglesia, y que inspiraste a tus Apóstoles para que eligiesen al Protomártir San Esteban y a los demás, para la Orden de Diáconos; Mira misericordiosamente a estos tus siervos llamados ahora al mismo Oficio y Ministerio: cólmalos de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalos con inocencia de vida, que, por medio de palabra y buen ejemplo, puedan servirte fielmente en este Oficio, a la gloria de tu Nombre, y para edificación de tu Iglesia; por los méritos de nuestro Salvador Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, ahora y por siempre. Amén. Epístola. I Tim. iii. 8. LOS Diáconos asimismo deben ser honestos, no dobles en palabras, no dados a mucho vino, no amadores de torpes ganancias: que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean antes probados; y así ministren, si fueren sin crimen. Las mujeres asimismo honestas, no detractoras, templadas, fieles en todo. Los. Diáconos sean maridos de una mujer; que gobiernen bien. sus hijos y sus casas. Porque los que bien ministraren, ganan para sí buen grado, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. ¶ O ésta. Por Epístola. Hechos vi. 2. ASI que, los doce convocaron la multitud de los discípulos y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, y sirvamos a las mesas. Buscad pues, hermanos, siete varones de vosotros de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, los cuales pongamos en esta obra. Y nosotros persistiremos en la oración, y en el ministerio de la palabra. Y plugo el parecer a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, y a Prócoro, y a Nicanor, y a Timón, y a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía. A éstos presentaron delante de los apóstoles: los cuales orando, les pusieron las manos encima. Y crecía la palabra del Señor; y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalén; también una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe. ¶ Entonces el Obispo examinará, en presencia del pueblo, a cada uno de los Ordenandos del modo siguiente. ¿CREEIS que os halláis interiormente movido por el Espíritu Santo para tomar sobre vos
este Oficio y Ministerio, dedicándoos al servicio de Dios, para promover su gloria, y la edificación de su pueblo? |
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¶ Entonces el pueblo de pie, el Obispo, poniendo sus Manos sobre la Cabezo de cada uno de ellos, que estarán humildemente arrodillados delante de él, dirá, RECIBID la facultad de ejercer en la Iglesia de Dios, el Oficio de Diácono, que se os confiere, En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. ¶ Después el Obispo entregará a cada uno de ellos el Nuevo Testamento, diciendo, RECIBID la facultad de leer el Evangelio en la Iglesia de Dios, y de predicarlo, si para este fin fueres autorizado por el Obispo. ¶ Entonces uno de ellos, que señalará el Obispo, leerá el Evangelio. S. Luc. xii. 35. ESTEN ceñidos vuestros lomos, y vuestras antorchas encendidas; y vosotros, semejantes a hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere y llamare, luego le abran. Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales, cuando el Señor viniere, hallare velando: de cierto os digo, que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y pasando les servirá. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son los tales siervos. ¶ Luego el Obispo procederá en el Oficio de la Santa Comunión, y todos los Ordenados permanecerán, y recibirán en aquel mismo día la Santa Comunión, con el Obispo. ¶ Concluída la Comunión, después de la última Colecta, y antes de la Bendición, se dirá la Colecta siguiente. OMNIPOTENTE Dios, Dador de toda buena dádiva, que por tu gran benignidad, te has dignado aceptar y admitir a estos tus siervos al Oficio de Diáconos en tu Iglesia; Haz que sean, te suplicamos, oh Señor, modestos, humildes y constantes en el desempeño de su Ministerio, que estén dispuestos a observar toda disciplina espiritual; para que teniendo siempre el testimonio de una buena conciencia, y continuando siempre firmes y fortalecidos en Cristo tu Hijo, procedan de tal manera en este Oficio menor, que sean dignos de ser admitidos a los Ministerios mayores en tu Iglesia; por el mismo Jesucristo tu Hijo, nuestro Salvador, a quien sea gloria y honra por los siglos de los siglos. Amén. LA Paz de Dios, que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y la Bendición de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con vosotros eternamente. Amén. ¶ Aquí pues, deberá advertirse al Diácono su obligación de permanecer por espacio de un año entero en el Diaconado (si el Obispo por causas razonables no juzgare de otro modo) para que pueda adquirir un conocimiento perfecto, y una experiencia suficiente en lo concerniente a la Administración Eclesiástica: y si en el desempeño de la Administración se portare con fidelidad y diligencia, podrá ser admitido por su Diocesano a la Orden del Presbiterado, en los tiempos señalados en el Canon, o si así lo exigieren circunstancias urgentes, en algún otro día, en presencia de la Iglesia en el modo y forma siguiente.
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Fórmula para Ordenar Presbíteros
¶ Llegado el día señalado por el Obispo para este objeto, se predicará un Sermón o Exhortación, en que se declararán el Oficio y Obligaciones de los que van a ser admitidos al Presbiterado; y cuan necesaria es esa Orden en la Iglesia de Cristo, y en cuanta estimación también debe tener el Pueblo a estas personas en su Oficio. ¶ Un Presbítero presentará al Obispo que estará sentado en su silla cerca de la Santa Mesa los que van a ser ordenados Presbíteros, todos adecuadamente revestidos, y dirá, REVERENDO Padre en Dios, os presento a estas personas, para que sean admitidas a la Orden del Presbiterado. ¶ El Obispo. ADVIERTE que las personas que nos presentas, sean idóneas y dignas por su conocimiento y buenas costumbres, de ejercer debidamente su Ministerio para honra de Dios y edificación de su Iglesia. ¶ El Presbítero responderá, HE investigado cuanto a ellos se refiere, los he examinado además, y así los considero. ¶ Entonces el Obispo dirá al Pueblo, AMADOS oyentes, éstos son los que, con el divino beneplácito, nos proponemos admitir este día al sagrado Oficio del Presbiterado; porque, después del debido examen, nada hemos hallado que se oponga; antes bien, los tenemos por legalmente llamados al desempeño de sus Funciones y Ministerio, y los consideramos capaces para los mismos. Empero si alguien sabe de algún impedimento o crimen notorio de alguno de ellos, por el que no sea lícito admitirlo a este sagrado ministerio, preséntese en Nombre de Dios, y declare cual es el impedimento o crimen. ¶ Y si se objetare algún crimen o impedimento notorio, el Obispo suspenderá la Ordenación de la persona acusada, hasta que haya sido demostrada su inculpabilidad. ¶ Luego el Obispo (encomendando a las oraciones de la Congregación, a los que han sido juzgados dignos de ser ordenados) rezará, con el Clero y el Pueblo allí presentes, la Letanía. ¶ Y NÓTESE, que después del Sufragio, Que te dignes iluminar a todos los Obispos, etc., se dirá el siguiente: QUE te dignes bendecir a estos tus siervos, que ahora van a ser admitidos a la Orden de Presbíteros, y derramar tu gracia sobre ellos; a fin de que puedan ejercer debidamente su Oficio, para la edificación de tu Iglesia, y gloria de tu Santo Nombre. ¶ Y NÓTESE que a discreción del Obispo, en lugar de la Letanía señalada, puede decirse la Letanía para las Ordenaciones. ¶ Después se celebrará el Oficio de la Santa Comunión, con la Colecta, Epístola y
Evangelio siguientes. |
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Colecta. OMNIPOTENTE Dios, Dador de toda buena dádiva, que por tu Espíritu Santo has establecido diversas Ordenes de Ministros en tu Iglesia; Mira con misericordia a estos tus siervos, llamados ahora al Oficio del Presbiterado; y cólmalos de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalos con inocencia de vida, que, por medio de palabra y buen ejemplo, puedan servirte fielmente en este Oficio, a la gloria de tu Santo Nombre y la edificación de tu Iglesia; por los méritos de Jesucristo nuestro Salvador, que vive y reina contigo y el mismo Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. Epístola. Efes. iv. 7. A CADA uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto llevó cautiva la cautividad, y dió dones a los hombres. (Y el que subió, ¿ qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, el mismo es el que también subió sobre todos los cielos, para cumplir todas las cosas.) Y El mismo dió unos, apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores, y doctores, para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Evangelio. S. Mat. ix. 36. Y VIENDO Jesús las multitudes, tuvo misericordia de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha; mas los obreros, pocos. Rogad pues al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. ¶ O éste. Evangelio. S. Juan x. 1. DE cierto, de cierto os digo, que el que no entra por la puerta en el aprisco de las
ovejas, mas sube por otra parte, el tal ladrón es y robador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por
nombre, y las saca. Y como ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen; porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él; porque no conocen la
voz de los extraños; Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos no entendieron que era lo que les decía. Volvióles pues Jesús a decir: De cierto, de cierto os digo, Yo soy la puerta de las ovejas. Todos
los que antes de mí vinieron, ladrones son y robadores, mas no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene
sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que
no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye; y el lobo las arrebata, y dispersa las ovejas. Así que el asalariado huye, porque es asalariado,
y no tiene cuidado de las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo
otras ovejas que no son de este redil: aquellas también me conviene traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño, y un pastor. |
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¶ Luego sentada la Congregación el Obispo dirá lo siguiente a los que van a ser ordenados Presbíteros. YA oísteis, Hermanos, en vuestro examen particular, como en la exhortación que ahora os
hicimos, y en las santas Lecciones tomadas del Evangelio y de los escritos de los Apóstoles, de cuanta dignidad y grande importancia es este Ministerio a que sois llamados. Y ahora os exhortamos de
nuevo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis presente, a cuan alta dignidad, y a qué importante Oficio y Ministerio sois llamados; pues que seréis Mensajeros, Centinelas y Mayordomos
del Señor, instruyendo, amonestando y proveyendo a la familia del Señor, buscando a los ovejas de Cristo dispersas por doquier, y a sus hijos que se hallen en medio de este mundo perverso, para que
por Cristo puedan obtener su eterna salvación. |
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¿OS creéis sincera y verdaderamente llamados según la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, y de acuerdo con los
Cánones de esta Iglesia, a la Orden y Ministerio del Presbiterado? ¶ Entonces el Obispo, todos levantándose, dirá, EL Dios Omnipotente que os ha dado esta voluntad de hacer todas estas cosas; Os conceda también la fuerza y el poder para cumplirlas, para que pueda realizar su obra que ha comenzado en vosotros; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ Después de esto, se pedirá a la Congregación, a que dirija en secreto sus oraciones a Dios, suplicándole humildemente todas estas cosas: y para dar lugar a estas súplicas, se guardará silencio por un corto espacio de tiempo. ¶ Después, estando arrodillados todos los que han de ser ordenados Presbíteros, los demás de pie, el Obispo cantará o
rezará el Veni, Creator Spiritus: comenzando el Obispo al que responderán alternadamente los Presbíteros, y los demás que estuvieren presentes, las siguientes estrofas. |
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Veni, Creator Spiritus. VEN, Santo Espíritu Creador, Con tu bendita unción nos das Aviva y vierte en nuestro ser El Padre, el Hijo y de los dos,
OH, tú precioso Espíritu divino Eres la Fuente y Manantial constante De la Iglesia de Cristo tus mil dones En la aflicción, en el pesar y el duelo, Y pues que nuestro jefe eres amado, Oh, loor al Padre tributad mortales |
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¶ Hecho esto, el Obispo orará de esta manera, diciendo, Oremos. DIOS Todopoderoso, y Padre Celestial, que, por tu inmenso amor y bondad para con nosotros, nos diste a tu único y muy amado Hijo Jesucristo, para que fuese nuestro Redentor, y el Autor de la vida eterna; quien, después de perfeccionar nuestra redención con su muerte, y de ascender a los cielos, envió por todo el mundo a sus Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Doctores y Pastores; por cuya obra y ministerio El reunió un rebaño numeroso en todas partes del mundo, para proclamar sempiternas alabanzas a tu Santo Nombre: Te rendimos las más cordiales gracias, te alabamos, te adoramos: por estos tan grandes beneficios de tu eterna bondad, y porque te has dignado llamar a estos tus siervos aquí presentes al mismo Oficio y Ministerio para la salvación del linaje humano, y te suplicamos humildemente por tu mismo bendito Hijo, que concedas a cuantos aquí, o en cualquier otro lugar invocaren tu Santo Nombre, que continuemos mostrando nuestra gratitud a ti por estos y todos tus otros beneficios; y que podamos diariamente crecer más y más en el conocimiento y fe en ti y en tu Hijo, por el Espíritu Santo; para que no sólo por medio de estos tus Ministros, sino también por aquellos sobre los cuales estos tus Ministros fueren constituídos, sea eternamente glorificado tu Santo Nombre, y se extienda tu reino bendito; mediante el mismo tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del mismo Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. ¶ Acabada esta Oración, el Obispo, y los Presbíteros presentes, impondrán las Manos sobre la Cabeza de cada uno de los Ordenandos al Presbiterado, que estarán humildemente arrodillados, y el Obispo dirá, RECIBID el Espíritu Santo para el Oficio y Obra de Presbítero en la Iglesia de Dios, que ahora se os confiere por la Imposición de nuestras manos. A los que perdonareis sus pecados, les son perdonados, y a los que retuviereis les son retenidos. Y sé un fiel Dispensador de la Palabra de Dios y de sus Santos Sacramentos; En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. ¶ O ésta. RECIBID la facultad de ejercer el Oficio de Presbítero en la Iglesia de Dios, que ahora se os confiere por la Imposición de nuestras manos. Y sé un fiel Dispensador de la Palabra de Dios y de sus Santos Sacramentos; En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. ¶ Después el Obispo pondrá la Biblia en las manos de cada uno de ellos, que permanecerán arrodillados, diciendo, RECIBID la facultad de predicar la Palabra de Dios y de administrar los Santos Sacramentos en la Congregación a la que fueres legítimamente designado. ¶ Concluido esto, se rezará el Credo Niceno, y el Obispo continuará el Oficio de la Santa Comunión, la cual recibirán todos los Ordenados, permaneciendo en el mismo lugar en que les fueron impuestas las Manos, hasta que hayan participado de la Comunión. ¶ Concluida ésta, después de la última Colecto, e inmediatamente antes de la Bendición, se dirá esta Colecta. MISERICORDIOSISIMO Padre, te suplicamos derrames tu celestial bendición sobre estos tus siervos; para que sean revestidos de justicia, y para que tu Palabra proferida por sus labios tenga tanto éxito, que jamás sea hablada en vano. Concédenos también gracia para escuchar y recibir, como medios para nuestra salvación, todo cuanto nos prediquen tomado de tu santísima Palabra o de acuerdo con ella; para que en todas nuestras palabras y obras busquemos tu gloria, y el engrandecimiento de tu reino; por Jesucristo nuestro Señor. Amén. LA Paz de Dios, que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y la Bendición de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con vosotros eternamente. Amén. ¶ Si en un mismo día han de ser unos Ordenados Diáconos y otros Presbíteros, se presentarán primero los Diáconos y después los Presbíteros, y bastará que una vez se rece para ambos la Letanía; se hará uso de ambas Colectas, primero la perteneciente a los Diáconos, y después la de los Presbíteros. La Epístola será Efes. iv. 7—13, como queda dicho en este Oficio. Inmediatamente después los Ordenandos al Diaconado serán examinados y Ordenados, como queda antes indicado. En seguida, leído el Evangelio por alguno de ellos (que o bien se tomará de San Mateo ix. 36, como se ha dicho en este Oficio, o de San Lucas xii. 35—38, según queda mencionado en la Fórmula de la Ordenación de los Diáconos), los Ordenandos al Presbiterado serán también examinados y Ordenados, como antes indicado en este mismo Oficio. La Colecta será como sigue. Colecta. OMNIPOTENTE Dios, Dador de toda buena dádiva, que por tu Santo Espíritu, has establecido diversas Ordenes de Ministros en tu Iglesia; Mira misericordiosamente a estos tus siervos llamados ahora al Oficio de Diácono y a estos tus siervos ahora llamados al Oficio de Presbítero; y cólmalos de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalos con inocencia de vida, que por medio de la palabra y buen ejemplo, puedan fielmente servirte en su Ministerio, a la gloria de tu Nombre y edificación de tu Iglesia; por los méritos de nuestro Salvador Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
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Fórmula para la Consagración de un Obispo
¶ Dispuesto todo y en buen orden la Iglesia, el Obispo Presidente o algún otro Obispo designado por los Obispos presentes, empezará el Oficio de la Santa Comunión; en el cual ésta será La Colecta. DIOS Omnipotente, que por tu Hijo Jesucristo concediste a tus Santos Apóstoles muchos excelentes dones, y les encomendaste que apacentasen tu rebaño; Da tu gracia, te suplicamos, a todos los Obispos, los Pastores de tu Iglesia, para que prediquen con esmero tu Palabra, y administren debidamente su piadosa Disciplina; y concede al pueblo el que obedientemente la guarde; para que todos reciban la corona de gloria eterna; por el mismo tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ Y otro Obispo leerá la Epístola. Epístola. I Tim. iii. 1. PALABRA fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Conviene, pues, que el Obispo sea irreprensible, marido de una mujer, solícito, templado, compuesto, hospedador, apto para enseñar; no amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias, sino moderado, no litigioso, ajeno de avaricia; que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad; (porque el que no sabe gobernar su casa, ¿ cómo cuidara de la Iglesia de Dios?) no un neófito para que no suceda que, hinchado de soberbia caiga en la condenación del diablo. También conviene que tenga buen testimonio de los extraños, porque no caiga en afrenta y en lazo del diablo. ¶ O ésta. Por Epístola. Hechos xx. 17. Y ENVIANDO desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Y cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo, desde el primer día que entré en Asia, he estado con vosotros por todo el tiempo, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y tentaciones que me han venido por las asechanzas de los Judíos: como nada que fuese útil he rehuído de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a los Judíos y a los Gentiles arrepentimiento para con Dios, y la fe en nuestro Señor Jesucristo. Y ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer: mas que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que prisiones y tribulaciones me esperan. Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, por quien he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. Por tanto, yo os protesto el día de hoy, que yo soy limpio de la sangre de todos: porque no he rehuído de anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por Obispos, para apacentar la Iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño; y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia: el cual es poderoso para sobreedificar, y daros heredad con todos los santificados. La plata, o el oro, o el vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar a los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir. ¶ Después otro Obispo leerá el Evangelio. Evangelio. S. Juan xxi. 15. JESUS dijo a Simón Pedro: ¿Simón, hijo de Jonás, me amas más que éstos? Dícele: Sí, Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis corderos. Vuélvele a decir La segunda vez: ¿Simón, hijo de Jonás, me amas? Respóndele: Sí, Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis ovejas. Dícele la tercera vez: ¿Simón, hijo de Jonás, me amas? Entristecióse Pedro de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Y le dice: Señor, tú sabes todas las cosas: tú sabes que te amo. Dícele Jesús: Apacienta mis ovejas. ¶ O éste. Evangelio. S. Juan. xx. 19. COMO fué tarde aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas, donde los discípulos estaban juntos por miedo de los Judíos, vino Jesús, y púsose en medio, y les dijo: Paz a vosotros. Y como hubo dicho esto, mostróles las manos y el costado. Y los discípulos se gozaron viendo al Señor. Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz a vosotros: como me envió el Padre, así también yo os envío. Y como hubo dicho esto, sopló sobre ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A los que perdonareis los pecados, les son perdonados; y a los que los retuviereis, les son retenidos. ¶ O éste. Evangelio. S. Mat. xxviii. 18. LLEGANDO Jesús, les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto id, y doctrinad a
todas las naciones, bautizándolas En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. |
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¶ Después se dirá el Credo Niceno, y en seguida el Sermón, que una vez terminado, el Obispo Electo revestido con su roquete, será presentado por dos Obispos de esta Iglesia al Obispo Presidente, o a otro Obispo designado para este fin, el cual estará sentado en su silla cerca de la Santa Mesa, y los Obispos que le presentan, dirán, REVERENDO Padre en Dios, os presentamos a este hombre piadoso y erudito, para que sea Ordenado y Consagrado Obispo. ¶ Mandará el Obispo Presidente, que se exhiban los Testimoniales de la persona presentada para la Consagración, y hará que se lean. ¶ Después le exigirá la siguiente Promesa de Conformidad con la Doctrina. Disciplina y Culto de la Iglesia Protestante Episcopal. EN el Nombre de Dios, Amén. Yo N. electo Obispo de la Iglesia Protestante Episcopal, en N. prometo conformidad y obediencia a la Doctrina, Disciplina y Culto de la Iglesia Protestante Episcopal en los Estados Unidos de América. Así me auxilie Dios mediante Jesucristo. ¶ Entonces el Obispo Presidente exhortará a la Congregación a orar, diciendo. HERMANOS, escrito está en el Evangelio según San Lucas, que Cristo nuestro Salvador pasó en oración toda la noche antes de elegir y enviar a sus doce Apóstoles. También está escrito que los santos Apóstoles oraron antes de ordenar a Matías para que fuese uno de los Doce. Por lo tanto siguiendo el ejemplo de Cristo nuestro Salvador, y de sus Apóstoles, elevemos nuestras oraciones a Dios Todopoderoso antes de admitir y enviar a este hombre que nos ha sido presentado, a la obra para la que confiamos ha sido llamado por el Espíritu Santo. ¶ Entonces se dirá la Letanía salvo que después de la súplica Que te dignes iluminar a todos los Obispos etc., el Sufragio propio será, QUE te dignes bendecir a este nuestro Hermano electo, y enviar sobre él tu gracia, para que pueda desempeñar debidamente el Oficio a que ha sido llamado, para edificación de tu Iglesia, y para honra, alabanza y gloria de tu Nombre; Resp. Suplicámoste nos oigas, buen Señor. ¶ Y NÓTESE, Que a discreción del Obispo Presidente, en lugar de la Letanía podrá decirse la Letanía para las Ordenaciones. ¶ Después se dirá la siguiente Oración. OMNIPOTENTE Dios, Dador de toda buena dádiva, que por tu Espíritu Santo has establecido diversas Ordenes de Ministros en tu Iglesia; Mira misericordiosamente a este tu siervo, llamado ahora a la Obra y Ministerio de Obispo; y cólmalo de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalo con inocencia de vida, que por medio de palabra y buen ejemplo, pueda servirte fielmente en este Oficio, a la gloria de tu Nombre, y edificación y buen gobierno de tu Iglesia; por los méritos de nuestro Salvador Jesucristo, que vive y reina contigo y el mismo Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. ¶ Luego sentado el pueblo, el Obispo Presidente, sentado en su silla, dirá al que va a ser Consagrado, HERMANO, puesto que en la Santa Escritura y en los antiguos Cánones, se nos manda que no
procedamos apresuradamente a imponer las manos y admitir persona alguna al Gobierno en la Iglesia de Cristo, la que adquirió a no menos costo que la efusión de su propia sangre; antes de admitiros a
esta Administración, os examinaremos sobre ciertos Artículos, para que la Congregación que está presente sepa y pueda atestiguar, de qué modo habéis resuelto conduciros en la Iglesia de Dios. |
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¿ESTAIS persuadido de que verdaderamente sois llamado a este Ministerio, según la
voluntad de nuestro Señor Jesucristo, y lo ordenado por esta Iglesia? ¶ Entonces poniéndose todos de pie, el Obispo Presidente dirá, EL Dios Omnipotente, nuestro Padre celestial, que os ha dado esa buena voluntad de hacer todas estas cosas; Os conceda también la fuerza y el poder para cumplirlas; de modo que El pueda realizar en vos la buena obra que ha comenzado, y podáis ser hallado perfecto e irreprensible en el último día, por Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ Ahora el Obispo electo se revestirá con los demás hábitos episcopales y se arrodillará,
y entonces se cantará o rezará el Veni, Creator Spiritus, empezando el Obispo Presidente, y alternando con él los Obispos y otras personas que estuvieren presentes, puestos de pie. |
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Veni, Creator Spiritus. VEN, Santo Espíritu Creador, Con tu bendita unción nos das Aviva y vierte en nuestro ser El Padre, el Hijo y de los dos ¶ O éste. OH, tú precioso Espíritu divino Eres la Fuente y Manantial constante De la Iglesia de Cristo tus mil dones En la aflicción, en el pesar y el duelo, Y pues que nuestro Jefe eres amado, ¶ Terminado esto, el Obispo Presidente dirá, Señor, oye nuestra oración. Oremos. DIOS Todopoderoso, y Padre misericordiosísimo, que, por tu infinita bondad, nos diste a tu único y muy amado Hijo Jesucristo, para que fuese nuestro Redentor, y el Autor de la vida eterna; quien, habiendo consumado nuestra redención por su muerte, y después de su ascensión a los cielos, derramó abundantemente sus dones sobre los hombres, constituyendo a unos, Apóstoles; a otros, Profetas; a otros, Evangelistas; a otros, Pastores y Doctores, para la edificación y perfección de su Iglesia; Concede, te suplicamos, a este tu siervo, tal gracia, para que siempre esté dispuesto a proclamar tu Evangelio, las buenas nuevas de nuestra reconciliación contigo, por doquiera, y para que use la autoridad que se le concede, no para destrucción, sino para salvación; no para dañar, sino para socorrer: de modo que, cual siervo fiel y prudente dé a su debido tiempo a tu familia lo que le corresponde, y que obtenga al fin el gozo sempiterno; mediante Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo es un solo Dios que vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén. ¶ Después el Obispo Presidente, y los otros Obispos presentes, impondrán las Manos sobre la Cabeza del Obispo Electo, que estará arrodillado delante de ellos, y el Obispo Presidente dirá,
RECIBID el Espíritu Santo, para el Oficio y Obra de Obispo en la Iglesia de Dios, que ahora se os confiere por la Imposición de nuestras manos; En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Y recordad que tenéis que despertar la gracia de Dios que os es dada por esta Imposición de nuestras manos; porque Dios no nos ha dado el espíritu de temor, sino el de poder, y de amor, y de cordura.
¶ Entonces el Obispo Presidente le entregará la Biblia, diciendo,
DAD atención a la lectura, exhortación y doctrina. Meditad en lo que este Libro contiene. Procurad con esmero que vuestros progresos en ella sean manifiestos a todos los hombres: pues que haciendo esto, os salvaréis a vos mismo y a los que os escucharen. Sed pastor del rebaño de Cristo, no lobo, apacentad sus ovejas, y no las devoréis. Sostened a las débiles, curad a las enfermas, vendad a las quebrantadas, atraed a las desvalidas, buscad a las extraviadas. Sed misericordioso a fin de que no seáis remiso: administrad disciplina, sin olvidar la misericordia, para que cuando vuelva el gran Pastor recibáis la corona inmarcesible de gloria; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Entonces el Obispo Presidente continuará el Oficio de la Santa Comunión, y tanto él como el Obispo nuevamente consagrado, y los otros Obispos comulgarán.
¶ Inmediatamente antes de la Bendición, se dirá la siguiente Oración.
PADRE misericordiosísimo, suplicámoste que derrames sobre este tu siervo tu bendición celestial; y de tal modo llénalo de tu Espíritu Santo, que al predicar tu Palabra, no solamente sea diligente para amonestar, suplicar y reprender, con toda paciencia y doctrina; sino que sea también un ejemplo saludable para los fieles, en palabra, en conducta, en caridad, en fe, en castidad y en pureza; para que terminada felizmente su carrera, reciba en el último día la corona de justicia preparada por el Señor Jesús, el Juez justo, que contigo y el mismo Espíritu Santo es un solo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
LA Paz de Dios, que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y la Bendición de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con vosotros eternamente. Amén.
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Letanía para las Ordenaciones OH Dios Padre, TE suplicamos nos oigas, buen Señor; y que te dignes conceder paz a todo el mundo, y a tu Iglesia; ¶ Aquí, en la Ordenación de Diáconos o de Presbíteros se dirá, Que te dignes bendecir a estos tus siervos, que ahora van a ser admitidos a la Orden de Diáconos (o
Presbíteros), y derramar tu gracia sobre ellos; para que puedan debidamente ejercer su Oficio para la edificación de tu Iglesia y la gloria de tu Santo Nombre; ¶ Aquí, en la Consagración de un Obispo se dirá, Que te dignes bendecir a este nuestro hermano electo, y enviar sobre él tu gracia, para que pueda
debidamente ejercer el Oficio al cual es llamado, para la edificación de tu Iglesia, y honor, alabanza y gloria de tu Nombre; Señor, ten misericordia de nosotros. PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén. Ministro. Oye nuestra voz, oh Señor, cuando clamamos a
ti; Oremos. OH Dios, que siempre santificas y protejes a tu Iglesia; Levanta en ella, mediante tu Espíritu, buenos y fieles mayordomos de los misterios de Cristo, para que por su ministerio y ejemplo tu pueblo pueda permanecer en tu favor y ser guiado en el camino de la verdad; mediante Jesucristo nuestro Señor, que en unidad vive y reina contigo y el mismo Espíritu siempre, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. |
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Fórmula para la Consagración ¶ El Oficio siguiente puede usarse con el Orden para la Santa Comunión, o con la Oración Matutina o la Vespertina o separadamente. ¶ El Obispo será recibido a la entrada de la Iglesia, o Capilla, por los Guardianes y la Junta Parroquial, o por algunas otras personas designadas para este objeto. El Obispo y los Clérigos que estén presentes, procederán por la nave de la Iglesia, o Capilla, a la Santa Mesa, rezando el Salmo que sigue, un versículo por el Obispo, y otro por los Clérigos. Domini esi terra. Salmo xxiv. DEL SEÑOR es la tierra y su plenitud: * el mundo y los que en él habitan. ¶ El Obispo se colocará dentro del comulgatorio, con todos los Clérigos que puedan acomodarse allí. El Obispo, sentado en su silla, tendrá ante él todos los instrumentos de Donación, y Dotación cuando los hubiere; y entonces poniéndose de pie, y volviéndose hacia la Congregación, dirá,
MUY amados en el Señor: Puesto que hombres de votos y piadosos, lo mismo bajo la Ley que bajo el Evangelio, movidos por expreso mandato divino o por la secreta inspiración del Bendito Espíritu, o bien por su propio deseo y sentimiento de orden y decencia, han erigido Casas para el culto público de Dios y las han separado de todo uso profano, indigno y común, con el objeto de infundir en el ánimo de los hombres mayor reverencia a su gloriosa Majestad, e influir en sus corazones más profunda devoción y humildad en su servicio, obras piadosas que han sido aprobadas y benignamente aceptadas por nuestro Padre celestial: no dudemos que El aprobará favorablemente nuestra piadosa intención de separar solemnemente este lugar para los diversos oficios del culto religioso; e imploremos fiel y devotamente su bendición sobre este nuestro propósito. ¶ Entonces el Obispo, arrodillado, dirá la siguiente Oración.
OH Eterno Dios, de poder infinito, y de Majestad incomprensible, a quien el cielo de los
cielos no puede contener, y mucho menos las paredes de templos hechos por manos de los hombres; y que aun te has dignado benignamente prometer tu presencia especial dondequiera que dos o tres de tus
fieles siervos estuvieren congregados en tu Nombre, para ofrecerte sus alabanzas y súplicas; Dígnate, oh Señor, estar presente con nosotros, que estamos aquí reunidos con toda humildad y sinceridad
de corazón, para consagrar este lugar al honor de tu excelso Nombre; separándolo desde ahora de todos los usos profanos, indignos y comunes; y dedicándolo a tu servicio, para la lectura de tu Santa
Palabra, para la celebración de tus Santos Sacramentos, para ofrecer a tu gloriosa Majestad los sacrificios de oración y acciones de gracia, para bendecir a tu pueblo en tu Santo Nombre, y para todos
los otros Oficios sagrados: acepta, oh Señor, esta obra de nuestras propias manos, y bendícela de tal manera que sea para el engrandecimiento de tu gloria, y la promoción de nuestra felicidad
temporal y espiritual; por Jesucristo nuestro bendito Señor y Salvador. Amén. |
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¶ Después el Obispo poniéndose de pie, y volviéndose hacia la Congregación, dirá,
ATIENDE, oh Señor, las súplicas de tus siervos y concede que cualquiera que fuere recibido en la congregación del rebaño de Cristo, por medio del Santo Bautismo, sea santificado por el Espíritu Santo, y pueda continuar fiel soldado y siervo de Cristo hasta el fin de su vida. Amén.
CONCEDE, oh Señor, a los que en este lugar renuevan por sí mismos las promesas y votos de su Santo Bautismo, y sean confirmados por el Obispo, reciban en tal grado tu Espíritu Santo, que puedan crecer en gracia hasta el fin de sus vidas. Amén.
CONCEDE, oh Señor, que cualquiera que reciba en este lugar el Bendito Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, se acerque a esta santa ordenanza con fe, caridad y verdadero arrepentimiento; y que siendo lleno de tu gracia y bendición celestial, obtenga para su grande y eterno consuelo, la remisión de sus pecados, y todos los demás beneficios de su pasión. Amén.
CONCEDE, oh Señor, que por tu Santa Palabra que será leída y predicada en este lugar, e injertada por tu Santo Espíritu en el corazón, perciban y conozcan los que la escuchen las cosas que deben hacer, y tengan poder y fortaleza para cumplirlas. Amén.
CONCEDE, oh Señor, que todos los que en este lugar se unieren en el santo estado del Matrimonio, puedan cumplir y guardar fielmente el voto y el pacto hechos entre ellos, y que uno y otro continúen en perfecto amor hasta el fin de sus vidas. Amén.
CONCEDE, te suplicamos Bendito Señor, que todo el que se acerque a ti en este lugar, para darte gracias por los beneficios que hubieren recibido de tus manos, para manifestar tu dignísima alabanza, para confesar sus pecados delante de ti, y para pedir las cosas necesarias, tanto para el cuerpo como para el alma, lo hagan con tal sinceridad, afecto y devoción de espíritu que aceptes Tú sus deberes y servicios obligatorios y te dignes concederles cuanto en tu sabiduría infinita te pareciere les sea más conveniente. Todo esto te pedimos por amor de Jesucristo, nuestro benditísimo Señor y Salvador. Amén.
¶ Luego estando sentado el Obispo, se leerá la Sentencia de la Consagración por alguna persona por él designada, y se pondrá sobre la Santa Mesa; y después el Obispo dirá,
BENDITO sea tu Nombre, oh Señor, porque te has dignado mover los corazones de tus siervos para apropiar y dedicar este edificio a tu honor y culto; y concede que todos los que disfruten del beneficio de esta obra piadosa, manifiesten su gratitud, sirviéndose de ella de una manera propia, para gloria de tu Bendito Nombre; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¶ Cuando se celebra la Santa Comunión, la Colecta, Epístola y Evangelio serán los siguientes.
Colecta.
OH Gloriosísimo Dios, a quien el cielo de los cielos no puede contener; Misericordiosamente, acepta la dedicación de este lugar para tu servicio; y concede que todos los que a ti acudan en este lugar te adoren en espíritu y en verdad, y que manifiesten en sus vidas tu alabanza; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Por Epístola. Rev. xxi. 2.
Y YO Juan vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Evangelio. S. Juan ii. 13.
Y ESTABA cerca la Pascua de los Judíos; y subió Jesús a Jerusalén. Y halló en el templo a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores sentados. Y hecho un azote de cuerdas, echólos a todos del templo y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas; y a los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me ha consumido.
¶ Inmediatamente antes de la Bendición final, el Obispo dirá la Oración siguiente.
BENDITO sea tu Nombre, oh Señor Dios, por haberte dignado tener tu habitación entre los hijos de los hombres, y morar en medio de la asamblea de los santos sobre la tierra; Concede, te suplicamos, que en este lugar consagrado a tu servicio, se adore tu Santo Nombre en verdad y pureza por todas las generaciones; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
LA Paz de Dios que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y la Bendición de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, sea con vosotros y more con vosotros eternamente. Amén.
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Oficio de Institución de Ministros
¶ El Obispo, después de haber recibido el debido Informe de la Elección, de un Ministro en una Parroquia o Iglesia, según prescribe el Canon, y convencido de que «la persona elegida es un Ministro idóneo de esta Iglesia,» puede proceder a instituirle en la Parroquia.
¶ El siguiente Oficio puede ser usado con el de la Santa Comunión, o con la Oración Matutina o la Vespertina o separadamente.
¶ En cualquiera Diócesis, podrá omitirse el Párrafo final de la Carta de Institución, cuando no sea conforme con las Costumbres, Leyes o Privilegios de la Iglesia en la misma.
NOS, por las Presentes, damos y
concedemos a vos, en cuya ciencia, diligencia, sana doctrina y prudencia confiamos enteramente, nuestra licencia y autoridad para ejercer el Cargo de
lum. Presbítero, en la Parroquia (o Iglesia) de N., y además os instituímos en dicha Parroquia, (o Iglesia) con pleno poder para desempeñar todo Acto de función sacerdotal
entre el Pueblo de la misma; continuando en comunión con nosotros, y en conformidad con las rúbricas y cánones de la Iglesia, y con las direcciones legales que en cualquier tiempo recibiréis de
nosotros. En testimonio de lo cual, hemos unido a esto nuestro sello episcopal y firma, en—— el día ——de , de —— A.D. y —— año de nuestra Consagración. ¶ Señalado el día para la Institución del nuevo Beneficiado, el Obispo o el Institutor designado por él, acompañado por aquel y por los otros Clérigos presentes entrarán en el Presbiterio. Entonces todos los Clérigos presentes estarán de pie en el Presbiterio o Coro, menos el Obispo o el Presbítero que actúe como Institutor, quien irá dentro del comulgatorio; los Guardianes (o, en caso de ausencia justificada, dos miembros de la Junta Parroquial) colocados a la derecha y a la izquierda del Altar, fuera del comulgatorio; el Guardián Mayor (o el miembro de la Junta Parroquial que le sustituya), teniendo en su mano las llaves de la Iglesia y a la vista de todos, el Obispo o el Presbítero oficiante dirá, MUY amados en el Señor, estamos reunidos para instituir al Reverendo N.N. en esta Parroquia (o Iglesia) como Presbítero y Rector de la misma; teniendo en nuestro poder vuestra votación,por el que ha sido elegido; y la Carta prescripta de Institución. Pero si alguno de vosotros puedemostrar una causa justa por la que no deba ser instituído, no proseguiremos, pues no queremos que una persona indigna ministre entre vosotros. ¶ Si se presentare alguna objeción, el Obispo o el Presbítero que actúe como Institutor, juzgará si hay o no justa causa para suspender el Oficio. ¶ Si no hay objeción alguna, o el Institutor ha resuelto continuar el Oficio, se leerá la Carta de Institución. ¶ Y después, el Guardián Mayor (o el miembro de la Junta Parroquial que le sustituya) presentará las llaves de la Iglesia al nuevo Beneficiado, diciendo, EN el nombre y en favor de esta Parroquia (o Iglesia) de——, Yo os recibo y
reconozco, Reverendo N. N., como Presbítero y Rector de la misma: y en señal de esto pongo en vuestras manos las llaves de esta Iglesia. |
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¶ Luego el nuevo Beneficiado dirá, YO N. N. recibo estas llaves de la Casa de Dios de vuestras manos, como prendas de mi Institución, de vuestro reconocimiento parroquial, y de la promesa de ser un fiel pastor para con vosotros. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¶ Entonces el Institutor comenzará el Oficio. Ministro. El Señor sea con vosotros. Oremos. DIRIGENOS, oh Señor, en todas nuestras acciones, con tu benignísimo favor, y auxílianos con tu continua ayuda; para que en todas nuestras obras principiadas, continuadas y terminadas en ti, glorifiquemos tu Santo Nombre, y finalmente, por tu misericordia, obtengamos la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor, que nos ha enseñado a orar delante de ti, oh Padre Omnipotente, en su poderoso Nombre y palabras, PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén. ¶ Entonces el Institutor admitirá al Beneficiado dentro del comulgatorio, y le presentará la Biblia, el Libro de Oración Común, y los Libros de los Cánones de la Convención General y Diocesana, diciendo lo que sigue. RECIBID estos Libros, y haced que sean la regla de tu conducta en la dispensación de la divina Palabra, en la dirección de las devociones del pueblo, y en el ejercicio de la disciplina de la Iglesia; y sed vos en todo como un modelo para el rebaño confiado a tu cuidado. ¶ Después se dirá o cantará Salmo lxviii., Exsurgat Deus, o Salmo xxvi., Judica me, Domine. Ministro. La Ley fué dada por Moisés; Oremos. DIOS Bondadoso, dador de todos los dones buenos y perfectos,. que en tu sabia providencia has establecido diversas Ordenes en tu Iglesia; Suplicámoste concedas tu gracia a tu siervo a quien se ha confiado ahora el cargo de esta Congregación; y cólmalo de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalo con inocencia de vida, para que pueda servirte fielmente a gloria de tu gran Nombre, y beneficio de tu Santa Iglesia; mediante Jesucristo, nuestro único Mediador y Redentor. Amén. OH Santo Jesús, que has adquirido para ti una Iglesia universal, y has prometido estar con los Ministros de la Sucesión Apostólica hasta el fin del mundo; Dígnate misericordiosamente bendecir el ministerio y servicio del que ha sido elegido ahora para ofrecerte los sacrificios de oración y de alabanza en esta casa llamada por tu Nombre. Que sean gratos los dichos de su boca, y la meditación de su corazón delante de ti, oh Señor, roca nuestra y Redentor nuestro. Amén. OH Dios, Santo Espíritu, Santificador de los fieles, visita, suplicámoste, a esta
Congregación con tu amor y favor; ilumina sus espíritus más y más, con la luz de tu Evangelio eterno; injerta en sus corazones el amor a la verdad; acrecienta en ellos la verdadera religión; nútreles
de toda virtud; y por tu gran misericordia guárdales en la misma, oh bendito Espíritu, a quien con el Padre y el Hijo juntos, adoramos y glorificamos, un Dios, por los siglos de los siglos.
Amén. |
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La Bendición. EL Dios de paz, que resucitó de entre los muertos, a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre del eterno pacto; Os haga perfectos en toda buena obra para hacer su voluntad, efectuando en vosotros lo que es agradable en su presencia; mediante Jesucristo, a quien sea dada gloria por siempre jamás. Amén. ¶ Entonces el Ministro Instituido se arrodillará junto al Altar para presentar sus propias súplicas, en esta forma. OH Señor mi Dios, no soy digno de que entres debajo de mi techumbre; sin embargo, has honrado a tu siervo designándole para estar en tu Casa y servir a tu santo Altar. A ti, y a tu servicio, me consagro, cuerpo, alma y espíritu y con todas mis fuerzas y facultades. Llena mi memoria con las palabras de tu Ley; ilumina mi entendimiento con la luz del Espíritu Santo; y concede quetodos los anhelos y deseos de mi voluntad se reconcentren en lo que tú has mandado. Y, para hacerme instrumento para promover la salvación del pueblo confiado ahora a mi cargo, concede que yo dispense fielmente tus Santos Sacramentos, y que por mi vida y por mi doctrina manifieste tu Palabra viva y verdadera. Sé conmigo siempre en el cumplimiento de todos los deberes de mi ministerio: en la oración, para vivificar mis devociones; en las alabanzas, para aumentar mi amor y gratitud; y en la predicación, para dar prontitud de pensamiento y la expresión correspondiente a la claridad y excelencia de tu Santa Palabra. Concede todo esto por Jesucristo tu Hijo nuestro Salvador. ¶ El Ministro Instituído, estando de pie, dirá, El Señor sea con vosotros. Oremos. OH Dios Omnipotente, que has edificado tu Iglesia sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas, siendo Jesucristo mismo la principal piedra fundamental; Concede que, por la obra del Espíritu Santo, todos los Cristianos estén de tal manera juntos en unidad del espíritu, y en el vínculo de paz, que sean un santo templo aceptable a ti. Y especialmente a esta Congregación concede la abundancia de tu gracia; para que con un solo corazón anhele por la prosperidad de tu Santa Iglesia Apostólica, y con una sola boca profese la fe una vez dada a los Santos. Defiéndela contra los pecados de herejía y de cisma; no permitas que el pie del orgullo se aproxime para dañarla, ni la mano del impío para destruirla. Y concede que el curso de este mundo sea tan apaciblemente dirigido por tu gobierno, que tu Iglesia te sirva alegremente en toda quietud santa; a fin de que caminen por los senderos de verdad y de paz, y finalmente que sean contados entre el número de tus Santos en la gloria eterna; por los méritos del mismo tu bendito Hijo Jesucristo, bondadoso Obispo y Pastor de nuestras almas, quien vive y reina contigo y el mismo Espíritu Santo, un Dios, por los siglos de los siglos. Amén. ¶ Luego seguirá el Sermón; y si ha de haber la Santa Comunión, el Ministro Instituido procederá con aquel Oficio, y a administrar la Santa Eucaristía a su Congregación; y después de la Bendición (que debe pronunciar él siempre), los Guardianes, la Junta Parroquial y todos los demás le saludarán y le darán la bienvenida, deseándole buen éxito en su cargo, Dios mediante. ¶ Cuando el Obispo de la Diócesis está presente a la Institución de un Ministro, él le hará el discurso señalado en este Oficio en forma de carta. |
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Catecismo o Instrucción que Cada Persona debe Aprender, antes de ser presentada al Obispo para ser Confirmada. |
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Pregunta. ¿ Qué aprendes principalmente de estos Mandamientos? ¶ El Ministro de cada Parroquia examinará e instruirá pública y cuidadosamente, en los domingos, días de fiesta, o en otras ocasiones convenientes, y en la Iglesia, a tantos Niños de su Parroquia, cuantos juzgue conveniente sobre algunos puntos del Catecismo. ¶ Los Padres y tutores enviarán a la Iglesia a sus Niños, a sus Sirvientes, y Aprendices, que no supieren el Catecismo, a la hora que el Ministro señale, hasta que, bajo su dirección y sometidos a él con humildad, hayan aprendido lo que está designado. ¶ Tan pronto los niños tengan edad suficiente, y puedan decir el Credo, el Padre Nuestro, y los Diez Mandamientos, y sepan también responder a las preguntas de este Catecismo, serán llevados al Obispo. ¶ Y cuando el Obispo dé noticia de que está pronto a confirmar Niños, el Ministro de cada Parroquia presentará o enviará una lista firmada, con los nombres de todas las personas de su Parroquia que él juzgue capaces de ser presentadas al Obispo para ser confirmadas. |
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Oraciones
para uso de las Familias ORACION MATUTINA ¶ El Jefe de la familia o cualquier otro miembro de la misma que sea designado, después de haber llamado a todos los que pudieren reunirse, dirá como sigue, todos arrodillados, repitiendo el Padre Nuestro. PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén. ¶ Aquí se puede decir la Colecta del día. Reconocimiento de la Misericordia de Dios y de la Conservación, especialmente durante la Noche pasada. OMNIPOTENTE y Eterno Dios, en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser; Nosotros, que incesantemente necesitamos de tu auxilio, te damos nuestras humildes alabanzas por nuestra conservación desde el principio de nuestra vida hasta hoy, y especialmente por habernos librado de los peligros de la noche pasada. Por estas tus mercedes bendecimos y alabamos tu glorioso Nombre; pidiéndote humildemente aceptes este nuestro sacrificio matutino de alabanza y acción de gracias; por amor de Aquel que murió, fué sepultado y resucitó por nosotros, tu Hijo, nuestro Salvador, Jesucristo. Amén. Dedicación de Alma y Cuerpo al Servicio de Dios, con la Resolución de aprovechar diariamente en el camino de la Virtud. Y PUESTO que por tu misericordia, oh Padre bondadoso, llegamos a otro día; Dedicamos de nuevo nuestras almas y cuerpos a ti y a tu servicio, en una sobria, justa y santa vida: en cuya resolución, oh Padre misericordioso, confírmanos y fortalécenos; para que, así como crecemos en edad, aumentemos en gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén. Oración por Gracia, para poner en práctica la Resolución anterior. MAS, oh Dios, que conoces la debilidad y corrupción de nuestra naturaleza, y las muchas tentaciones con que diariamente tropezamos; Humildemente pedímoste que tengas compasión de nuestras debilidades, y nos des el auxilio constante de tu Espíritu Santo; para que seamos refrenados del pecado, e impulsados a nuestro deber. Imprime en nuestros corazones tal temor de tus juicios, y un sentimiento tan agradecido de tu bondad para con nosotros, que temamos y nos avergoncemos de ofenderte. Y, sobre todo, guarda en nuestras mentes un vivo recuerdo de aquel gran día en el que hemos de rendir cuenta de nuestros pensamientos, palabras y obras, a El quien has puesto por Juez de los vivos y de los muertos, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por gracia que nos dirija y defienda en este Día, y la Bendición de Dios en las tareas del Mismo. EN particular, imploramos tu gracia y protección para este día. Haznos moderados en el comer y en el beber y diligentes en nuestras respectivas ocupaciones. Concédenos paciencia en nuestras aflicciones. Danos gracia para ser justos y rectos en todos nuestros tratos; quietos y pacíficos; llenos de compasión; y dispuestos a hacer bien a todos los hombres, conforme a nuestra capacidad y oportunidades. Dirígenos en todos nuestros caminos. Defiéndenos de todos los peligros y adversidades; y sírvete tomar bajo tu paternal cuidado y protección a nosotros y a todos los que nos pertenecen. Esto, y todo lo demás que juzgues necesario y conveniente para nosotros, te lo pedimos por los méritos y mediación de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Amén. LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros por siempre jamás. Amén.
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ORACION VESPERTINA ¶ Estando reunida la familia, poco antes de la hora del descanso, el Jefe de la familia, o cualquier otro que sea designado, dirá lo siguiente, todos arrodillados, repitiendo el Padre Nuestro. PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén. ¶ Aquí se puede decir la Colecta del día. Confesión de Pecados y Oración por Contrición y Perdón. MISERICORDIOSISIMO Dios, cuyos ojos son demasiado puros para contemplar la iniquidad, y que perdonas a los que con verdadera fe confiesan y abandonan sus pecados; Acudimos a ti con un sentimiento humilde de nuestra indignidad, reconociendo nuestras muchas transgresiones hechas a tus justas leyes.* Pero, oh Padre bondadoso, que no deseas la muerte del pecador, suplicámoste nos mires con misericordia. Haznos profundamente sensibles al gran mal de nuestras faltas; opera en nosotros una contrición cordial y concédenos el perdón; tu que estas siempre dispuesto a recibir a los pecadores humildes y arrepentidos; por amor de tu Hijo Jesucristo, nuestro único Salvador y Redentor. Amén. Por Gracia para reformar nuestras vidas. Y PARA que no seamos inducidos al pecado, por nuestra fragilidad o por las tentaciones que nos circundan, suplicámoste nos concedas constantemente la dirección y auxilio de tu Espíritu Santo. Reforma cualquiera cosa que haya errónea en el temple y disposición de nuestras almas; que ningún pensamiento impuro, ni designios ilícitos, o deseos desordenados, sean acogidos en ellas. Limpia nuestros corazones de la envidia, el odio y la malicia; para que jamás permitamos que se ponga el sol sobre nuestra ira; sino que descansemos siempre en paz, caridad y benevolencia, con una conciencia libre de ofensa hacia ti, y hacia los hombres; para que nos preserves puros y sin mancha hasta la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén. Intercesión. Y ACEPTA, oh Señor, nuestras intercesiones por todo el género humano. Brille la luz de tu Evangelio sobre todas las naciones; y vivan de una manera conveniente todos los que la reciban. Sé bondadoso con tu Iglesia; y concede que cada uno de sus miembros, en su vocación y ministerio, te sirva fielmente. Bendice a todos los que ejercen autoridad; y gobierna sus corazones y fortalece sus manos de tal modo que repriman la maldad y el vicio, y sostengan tu verdadera religión y la virtud. Derrama tus bendiciones temporales y espirituales sobre todos nuestros parientes, amigos y prójimos. Recompensa a todos los que nos han hecho bien, y perdona a los que nos han hecho o deseado el mal, y dales arrepentimiento y mej ores intenciones. Sé misericordioso con todos los que se encuentran en tribulación; y socórrelos, oh Dios de piedad, según sus diversas necesidades; por amor del que anduvo haciendo el bien, tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén. Acción de Gracias. A NUESTRAS oraciones, oh Señor, unimos nuestras sinceras gracias por todas tus mercedes; por nuestra existencia, nuestra razón, y todas las demás dotes y facultades de alma y cuerpo; por nuestra salud, amigos, ali mento y vestido; y por todas nuestras comodidades y conveniencias de vida. Sobre todo, adoramos tu misericordia al enviar a tu Hijo Unigénito al mundo, para redimirnos del pecado y de la muerte eterna, y por habernos dado el conocimiento y el sentido de nuestro deber hacia ti. Te bendecimos por tu paciencia hacia nosotros, no obstante nuestras muchas y grandes provocaciones; por la dirección, el auxilio y el consuelo de tu Espíritu Santo; por tu continuo cuidado y vigilante providencia sobre nosotros durante todo el curso de nuestra vida; y particularmente, por las mercedes y beneficios del pasado día; suplicándote continúes dándonos tus bendiciones, y nos concedas gracia para demostrar nuestra gratitud en una obediencia sincera a las leyes de Aquel, por cuyos méritos e intercesión recibimos todas estas cosas, tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén. Oración por la Protección de Dios durante la Noche. EN particular, te suplicamos que nos continúes tu benévola protección esta noche. Defiéndenos de todo peligro y daño, y del temor de ellos; para que disfrutemos un sueño tan reparador que nos disponga para efectuar los deberes del siguiente día. Y concédenos gracia para vivir en tal estado, que jamás temamos la muerte; de manera que, viviendo y muriendo, seamos tuyos, por los méritos y satisfacción de tu Hijo Jesucristo, en cuyo Nombre ofrecemos estas nuestras imperfectas oraciones. Amén. LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros por siempre jamás. Amén. ¶ Los domingos y cualquier otro día que fuere conveniente estará muy en orden comenzar con la lectura de un Capitulo, o parte de un Capitulo, del Nuevo Testamento.
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UNA FORMA MAS BREVE POR LA MAÑANA.
¶ Después de la lectura de una breve porción de las Santas Escrituras, el Jefe de la familia, o cualquiera otra persona, dirá como sigue, todos arrodillados, repitiendo el Padre Nuestro. PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén. OH SEÑOR, nuestro Padre Celestial, Poderoso y Eterno Dios, que nos has conducido con seguridad al principio de este día; Defiéndenos con tu gran poder; y concédenos que no caigamos hoy en ningún pecado, ni incurramos en ningún peligro; sino que todas nuestras acciones, siendo dirigidas y gobernadas por ti, sean justas a tus ojos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. ¶ Aquí se puede añadir cualquiera Oración especial. LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros por siempre jamás. Amén. |
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POR LA TARDE. ¶ Después de leer una breve porción de las Santas Escrituras, el Padre de la familia, o cualquiera otra persona, dirá como sigue, todos arrodillados, y repitiendo el Padre Nuestro. PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén. SUPLICAMOSTE, oh Señor, disipes nuestras tinieblas; y por tu gran misericordia guárdanos de todos los peligros y riesgos de esta noche; por amor de tu Hijo único, nuestro Salvador Jesucristo. Amén. ¶ Aquí se puede añadir cualquiera Oración especial. EL Señor nos bendiga y nos guarde. El Señor haga resplandecer su faz sobre nosotros, y nos sea propicio. El Señor dirija a nosotros su rostro, y nos dé paz esta noche y por siempre. Amén.
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ORACIONES SUPLEMENTARIAS
Por el Espíritu de Oración. OH Dios Omnipotente, que derramas sobre todos los que lo desean, el espíritu de gracia y súplica; Líbranos, cuando nos acercamos a ti, de tibieza de corazón y divagaciones de la mente, para que con firmes pensamientos y calurosos afectos, podamos adorarte en espíritu y en verdad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por la Mañana. OH Dios, el Rey eterno, que separas el día de las tinieblas, y cambias la sombra de muerte en la mañana; Aparta lejos de nosotros los malos deseos, indina nuestros corazones a cumplir tu ley, y guía nuestros pies en el camino de paz; para que habiendo cumplido tu voluntad con gozo durante el día, podamos, cuando llegue la noche, regocijamos en darte gracias; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. DIOS Todopoderoso, quien sólo nos dió el aliento de vida, y sólo puede conservar en nosotros los santos deseos que tu nos comunicas; Te suplicamos, por amor de tus compasiones, que santifiques todos nuestros pensamientos y propósitos; para que ni empecemos una acción sin intención pura ni la continuemos sin tu bendición. Y concede que, teniendo los ojos de la mente abiertos para contemplar las cosas invisibles y no vistas, podamos ser inspirados en nuestros corazones con tu sabiduría, y en nuestras labores ser sostenidos por tu fuerza, y al fin aceptables a ti como tus fieles servidores; mediante Jesucristo nuestro Salvador. Amén. Por la Noche. OH Señor, mantén a tus siervos, durante todo el día, hasta que las sombras se extiendan alargándose y llegue el crepúsculo, y el mundo atareado se acalle, y pase la fiebre de vida, y nuestra labor haya sido concluida. Entonces en tu misericordia concédenos seguro albergue, y santo descanso, y al fin paz. Amén. OH Dios, Tú que eres la vida del hombre mortal, la luz de los fieles, la fuerza de los que trabajan, y el descanso de los que mueren; Te damos gracias por las bendiciones oportunamente recibidas durante el día, y humildemente suplicamos nos des tu misericordiosa protección durante toda esta noche. Consérvanos, te suplicamos, en seguridad hasta las horas del alba; mediante Aquel que murió por nosotros y resucitó, tu Hijo, nuestro Sal vador Jesucristo. Amén. Domingo por la Mañana. OH Dios, Tú que nos alegras con el recuerdo semanal de la gloriosa Resurrección de tu Hijo nuestro Señor; Otórganos en este día tal bendición por medio de nuestra adoración a ti, que los días venideros puedan ser empleados en tu servicio; mediante el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por Confianza y Tranquilidad. OH Dios de paz, que nos has enseñado que en el arrepentimiento y descanso espiritual seremos salvos, y en la tranquilidad y la confianza consistirá nuestra fortaleza; Levántanos por el poder de tu Espíritu, te suplicamos, a tu presencia, en donde podamos contemplarte en silencio y saber que Tú eres Dios; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por Dirección Divina. OH Dios, por quien los mansos son guiados en juicio, y luz brilla en la obscuridad para el piadoso; Concédenos, en todas nuestras dudas e incertidumbres, la gracia de preguntar qué es lo que tú desearías que hiciéramos, a fin de que el Espíritu de Sabiduría pueda salvamos de falsas decisiones, y que en tu luz veamos luz, y no tropecemos en tu derecha senda; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por Plena Confianza. OH Amantísimo Padre, que deseas te demos gracias por todas los cosas, y no temer nada sino el perderte a ti, y que descarguemos todos nuestros cuidados en ti, que nos amas; Presérvanos de temores infieles y de ansiedades mundanas, y concede que ninguna nube de esta vida mortal pueda ocultar de nosotros la luz de ese amor que es inmortal, y que Tú nos has manifestado en tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén. OH Padre Celestial, que comprendes a todos tus hijos; Permítenos por medio de tu don de fe traer nuestras dudas a la luz de tu sabiduría, y que recibamos el bendito aliento de tu simpatía y un conocimiento más claro de tu voluntad; a ti tributándote gloria por todos tus dones bondadosos; por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por el Gozo en la Creación. OH Padre Celestial, que has llenado el mundo de belleza; Abre, te suplicamos, nuestros ojos para contemplar tu mano bondadosa en todas tus obras; para que regocijándonos en tu creación entera, podamos aprender a servirte con alegría; por amor de Aquel por quien todas las cosas fueron creadas, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por los Hijos. OMNIPOTENTE Dios, Padre Celestial, que nos has bendecido con el gozo y el cuidado de los hijos; Dános luz y fuerza para educarlos, a fin de que puedan amar todo lo que es puro y verdadero, amable y de buen nombre, siguiendo el ejemplo de su Salvador Jesucristo. Amén. Por los Ausentes. OH Dios, cuyo cuidado paternal se extiende hasta las partes más remotas de la tierra;
Humildemente te suplicamos veas y bendigas misericordiosamente a cuantos amamos, ahora ausentes de nosotros. Defiéndelos en todo peligro de alma y de cuerpo; y concede que ellos y nosotros,
acercándonos más a ti, seamos unidos por tu amor en la comunión de tu Santo Espíritu, y en la comunión de tus santos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. |
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Por los que Amamos. OMNIPOTENTE Dios, confiamos a aquellos que nos son queridos a tu fiel cuidado y amor, en esta vida y la venidera; sabiendo que tú estás haciendo por ellos mejores cosas que las que podamos desear o suplicar; rogándote que continúes protegiéndolos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por el Restablecimiento de un Enfermo. OH Dios de misericordia, dador de vida y de salud; Bendice, te rogamos, a tu siervo, [N.], y a los que le administran tus dones sanativos; para que pueda ser restaurado a la salud del cuerpo y de la mente; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por Uno que va a ser Operado. OMNIPOTENTE Dios nuestro Padre Celestial, te suplicamos misericordiosamente alientes a tu siervo en su sufrimiento, y bendigas los medios que se usen para sanarle. Llena su corazón de confianza, de modo que aunque llegue a temer, pueda sin embargo poner su seguridad en ti; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. En un Cumpleaños. VELA por tu hijo, oh Señor, conforme aumentan sus días; bendícele y guíale doquiera se halle, guardándole sin mancha de este mundo. Fortalécele cuando permanezca en pie; consuélale cuando se sienta desanimado o triste; levántale si cae; y que pueda permanecer en su corazón todos los días de su vida, la paz que excede a todo entendimiento; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. En el Aniversario de un Difunto. OMNIPOTENTE Dios, recordamos hoy en tu presencia a tu siervo fiel [N.], y te rogamos que, habiendo abierto para el las puertas de una vida más amplia, te sirvas recibirle más y más en tu grato servicio; a fin de que pueda ganar, contigo y tus siervos por doquier, el triunfo eterno; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por los Enfermos de la Mente. PADRE Celestial, te suplicamos que tengas compasión de todos tus hijos que se hallan enfermos de la mente. Restáurales a su fortaleza mental y alegría del espíritu, y concédeles salud y paz; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por la Bendición sobre todas las Familias. OMNIPOTENTE Dios, nuestro Padre Celestial, que constituyes en familias al solitario; Encomendamos a tu cuidado continuo los hogares en que mora tu pueblo. Aparta de ellos, te suplicamos, toda raíz de amargura, deseo de vanagloria y orgullo de vida. Llénalos con fe, virtud, conocimiento, templanza, paciencia y santidad. Enlaza juntamente en afecto constante aquellos que en santo desposorio, han sido hechos una sola carne; vuelve los corazones de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; y de tal manera enciende la caridad entre todos nosotros, que seamos siempre afectuosamente unidos en amor fraternal; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Por todos los Pobres, Sin Hogar y Desamparados. OH Dios, Todopoderoso y misericordioso, que sanas a los de corazón quebrantado, y cambias la amar gura del triste en alegría; Sea tu bondad paternal sobre todos los que tú has creado. Recuerda con piedad a cuantos hoy día se hallan destituídos, sin hogar y olvidados de sus semejantes. Bendice la congregación de tus pobres. Levanta a los abatidos. Proteje poderosamente a los inocentes que sufren, y santifica para ellos las injusticias que sobrellevan. Alienta con esperanza a los que se hallan desanimados y afligidos, y mediante tu gracia celestial preserva de caída aquellos cuya penuria sirve de tentación al pecado; aunque se hallen molestados en todo sentido, no permitas que desmayen; y aunque en perplejidad, líbrales de la desesperación. Concede esto, oh Señor, por amor de Aquel que por nosotros se hizo pobre, tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén. Por Fidelidad en el Uso de los Bienes Temporales. OMNIPOTENTE Dios, cuya mano amante nos ha dado cuanto poseemos; Concédenos gracia para que podamos honrarte con nuestros bienes, y recordando la cuenta que algún día tendremos que rendir, podamos ser fieles mayordomos de tu generosidad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. Intercesión General. OH Dios, por cuya palabra el hombre sale a su trabajo y a su labor hasta la tarde; Ten misericordia de aquellos cuyos deberes son difíciles y abrumadores, y consuélales en cuanto a su tarea. Sé Tú el escudo contra toda desgracia y daño a los trabajadores en sus ocupaciones. Protege los esfuerzos de la industria digna y honrada, y no permitas que el jornal del obrero sea retraído por fraude. Inclina el corazón de los patronos y el de los obreros a sobrellevarse mutuamente, en equidad y buena voluntad. Da el espíritu de gobierno y mente sana a todos los que se hallen constituídos en autoridad. Bendice a todos aquellos que se emplean en obras de misericordia o en escuelas de buena enseñanza. Cuida a todas las personas de edad avanzada, y a todos los pequeñuelos, a los enfermos y afligidos, y a todos los que viajan por tierra, mar o aire. Recuerda a todos los que por razón de debilidad están oprimidos, o por causa de pobreza, olvidados. Que los suspiros tristes de los encarcelados lleguen hasta ti; y según la grandeza de tu poder, preserva Tú a todos los que están bajo pena de muerte. Presta oído a nuestra oración, oh Padre bondadoso y misericordioso, por amor de tu querido Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén. Gracias antes de Comer. BENDICE, oh Padre, tus dones para nuestro uso, y a nosotros en tu servicio; por amor de Cristo Jesús. Amén. DANOS corazones agradecidos, nuestro Padre, por todos tus beneficios, y haznos pensar en las necesidades de nuestros semejantes; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén. |
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Artículos de la Religión
Conforme establecidos por los Obispos, y los Diputados, clérigos y Laicos de la Iglesia Protestante Episcopal de los Estados Unidos de América, en Convención, el día doce de septiembre, del Año de Nuestro Señor 1801
ARTICULOS DE LA RELIGION. |
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I. De la Fe en la Santísima Trinidad.
II. Del Verbo, o del Hijo de Dios, que fué hecho verdadero Hombre.
III. Del descenso de Cristo a los Infiernos.
IV. De la Resurrección de Cristo.
V. Del Espíritu Santo.
VI. De la Suficiencia de las Sagradas Escrituras para la Salvación.
De los Nombres y Números de los Libros Canónicos.
Los otros Libros (como dice San Gerónimo), los lee la Iglesia para ejemplo de vida e instrucción de las costumbres; mas ella, no obstante no los aplica para establecer doctrina alguna; y tales son los siguientes:
Recibimos, y contamos por Canónicos todos los Libros del Nuevo Testa mento, según son recibidos comúnmente. |
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VII. Del Antiguo Testamento.
VIII. De los Credos.
IX. Del Pecado Original o de Nacimiento.
X. Del Libre Albedrío.
XI. De la Justificación del Hombre.
XII. De las Buenas Obras.
XIII. De las Obras antes de la Justificación.
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XIV. De las Obras de Supererogación.
XV. De Cristo, el único sin pecado.
XVI. Del Pecado después del Bautismo.
XVII. De la Predestinación y Elección.
Como la consideración piadosa de la Predestinación y de nuestra Elección en Cristo, está llena de un dulce, suave e inefable consuelo para las personas piadosas, y que sienten en sí mismas la operación del Espíritu de Cristo, que va mortificando las obras de la carne y sus miembros mortales, y levantando su ánimo a las cosas elevadas y celestiales, no solo porque establece y confirma grandemente su fe en la Salvación eterna que han de gozar por medio de Cristo, sino porque enciende fervientemente su amor hacia Dios: y así, para las personas curiosas y carnales, destituídas del Espíritu de Cristo, el tener continuamente delante de sus ojos la sentencia de la Predestinación Divina, es un precipicio muy peligroso, por el cual el diablo les impele a la desesperación, o al abandono a la vida más impura, no menos peligrosa que la desesperación. Además debemos recibir las promesas de Dios del modo que nos son generalmente propuestas en la Escritura Santa: y en nuestros hechos seguir aquella Divina Voluntad, que tenemos expresamente declarada en la Palabra de Dios. XVIII. De obtener la Salvación Eterna solamente por el Nombre de Cristo.
XIX. De la Iglesia.
XX. De la Autoridad de la Iglesia.
XXI. De la Autoridad de los Concilios Generales.
XXII. Del Purgatorio.
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XXIII. Del Ministerio en la Congregación.
XXIV. Del lenguaje en la Congregación en un idioma que entienda el Pueblo.
XXV. De los Sacramentos.
XXVI. Que la Indignidad de los Ministros no impide el efecto de los Sacramentos.
XXVII. Del Bautismo.
XXVIII. De la Cena del Señor.
XXIX. De los Impíos; que no comen el Cuerpo de Cristo al participar de la Cena del Señor.
XXX. De las dos Especies.
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XXXI. De la única Oblación de Cristo consumada en la Cruz.
XXXII. Del Matrimonio de los Presbíteros.
XXXIII. Como deben evitarse las Personas excomulgadas.
XXXIV. De las Tradiciones de la Iglesia.
XXXV. De las Homilías.
Nombres de las Homilías.
[Este Artículo está recibido en esta Iglesia, en cuanto que declara que el Libro (le Homilías es una explicación de la doctrina Cristiana, e instructivo en la piedad y en la moral en forma libre y voluntaria de acuerdo a la conciencia individual. Más toda referencia a la constitución y a las leyes de Inglaterra y de cada nación soberana y libre donde se aplique. Inglaterra no es más que otro país y sólo es un territorio de FE. Estas son consideradas como inaplicables, considerando las circunstancias de esta Iglesia; que también suspende la orden para la lectura de dichas Homilías en las Iglesias, hasta que se haga una revisión conveniente, para librarlas de tantas palabras y frases no usadas hoy, así como de las referencias locales.]
XXXVI. De la Consagración de los Obispos y Ministros.
XXXVII. Del Poder de los Magistrados Civiles.
XXXVIII. Que los Bienes de los Cristianos no son comunes.
XXXIX. Del Juramento del Cristiano.
Santa María de Walsingham, Rogad por Nosotros;
San Pedro y San Pablo, Rogad por Nosotros;
Apóstoles y Discípulos de Jesús de Nazaret, Rogad por Nosotros;
San Esteban, Rogad por Nosotros;
San Lorenzo, Rogad por Nosotros;
Santos y Santas de Dios Rogad por Nosotros y por toda la Iglesia Santa de Jesucristo en el orbe creado. |
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If there is no fraternity, solidarity, acts of love and voluntary service, there will never be unity among Christians. The biblical interpretations and historicity of each Christian group should be respected if they have compassion for others who are not of their group. No denomination or believing person should be above the authority of Christ. The Christian clergy are only representatives of the FAITH in God on earth and in millions of existing lands in the universes created by the Most High with love and mercy.
Si no hay fraternidad, solidaridad, actos de amor y servicio voluntario, nunca habrá unidad entre los cristianos. Las interpretaciones bíblicas y la historicidad de cada grupo cristiano deben ser respetadas si tienen compasión por otros que no son de su grupo. Ninguna denominación o persona creyente debe estar por encima de la autoridad de Cristo. El clero cristiano sólo son representantes de la FE en Dios en la tierra y en millones de tierras existentes en los universos creados por el Altísimo con amor y misericordia.
!Very important news!
Our Church does not require monthly fees (Money) to the clergy to deliver bishops and never to the Church. Each of our clergy has a civil job to live and cover their expenses, including the Archbishop himself. Our Religious Organization does not ask for tithes from parishioners. We believe that every religious organization that charges the tithe to its parishioners and clergy is a scam, theft of privileges and usurpation of opportunities.
!Noticia muy importante!
Nuestra Iglesia no exige cuotas mensuales (dinero) al clero para entregar a obispos y nunca a la Iglesia. Cada uno de nuestros clérigos tiene un trabajo civil para vivir y cubrir sus gastos, incluido el propio Arzobispo. Nuestra Organización Religiosa no pide diezmos a los feligreses. Creemos que la organización religiosa que cobra el diezmo a sus feligreses y al clero, es una estafa, robo de privilegios y usurpación de oportunidades.
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THE OACM
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THE LAAC
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THE LATIN-AMERICAN
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The Latin-American Anglican Church
Office Number: +1.647.766.4597.
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— Leonardo Marin (@BishopLeonardo) March 20, 2019
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— Leonardo Marin (@BishopLeonardo) March 25, 2018
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